Benedicto XVI almorzó con los
cardenales presentes en Roma con motivo de su 85º cumpleaños. Esta noticia en
sí no tendría más interés de no ser por las palabras que el Santo Padre dirigió
a los allí presentes:
Eminencia, queridos hermanos
En este momento mi palabra sólo
puede ser una palabra de agradecimiento. Agradecimiento en primer lugar al
Señor por tantos años que me ha concedido; años con tantos días de alegría,
tiempos espléndidos, pero también con noches oscuras. Pero mirando hacia atrás
se entiende que también las noches eran necesarias y buenas, motivo de
agradecimiento.
Hoy la palabra "Iglesia
militante" está un poco fuera de moda, pero en realidad podemos comprender
siempre mejor que es verdadera, que lleva en sí verdad. Vemos cómo el mal
quiere dominar el mundo y que es necesario entrar en lucha contra el mal. Vemos
cómo lo hace de muchas maneras, con sangre, con las diversas formas de
violencia, pero también enmascarada tras el bien y, por lo tanto, destruyendo
los fundamentos morales de la sociedad.
San Agustín decía que toda la
historia es una lucha entre dos amores: el amor de uno mismo hasta el desprecio
de Dios; y el amor de Dios hasta el desprecio de uno mismo, en el martirio.
Nosotros estamos en esta lucha, y en esta lucha es muy importante tener amigos.
Y en cuanto a mí, estoy rodeado de los amigos del Colegio cardenalicio: son mis
amigos y me siento en casa, me siento seguro en esta compañía de grandes
amigos, que están conmigo y todos juntos con el Señor.
Gracias por esta amistad. Gracias
a usted, eminencia, por todo lo que ha hecho para este momento de hoy, y todo
lo que hace siempre. Gracias a ustedes por la comunión de alegrías y tristezas.
Sigamos adelante, el Señor dijo: "tened valor, yo he vencido al
mundo". Somos el equipo del Señor, es decir, el equipo ganador. Gracias a
todos ustedes. El Señor los bendiga a todos. Y brindemos.
La lucha entre el bien y el mal es
tan antigua como la existencia del ser humano. Desde tiempos antiquísimos
siempre ha existido una perpetua confrontación entre dos concepciones
antagónicas de la Historia y del Hombre, existiendo un cierto equilibrio que
actualmente se haya roto por la predisposición del relativismo moral y el
materialismo hacia el mal.
Pese a la tergiversación y mitos
creados en su contra, la Iglesia Católica siempre se ha caracterizado por
representar la lucha del bien, de Dios y de la ley natural, frente al mal. Por
eso, volvemos a mostrar nuestro más sincero apoyo y nuestra más firme adhesión
a la doctrina de la Iglesia Católica y a su representante Joshep Ratzinger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
-elmunicipiotoledo- no se hace responsable de los comentarios de sus lectores. -elmunicipiotoledo- se reserva el derecho de arbitraje y censura. Se ruega que los comentarios no se realicen de forma anónima.
Contacto: elmunicipiotoledo@hotmail.com