El médico Luis Montes partidario de la eutanasia impartió una charla organizada por Izquierda Unida en Toledo.

Izquierda Unida de Toledo organizó el pasado miércoles una charla en el Centro Social Polivalente del Polígono en la cual intervino Luis Montes, un médico que hace varios años fue acusado de sedar irregularmente a pacientes del hospital Severo Ochoa de Leganés. Como era de esperar, la intervención del “doctor” Montes se centró en reivindicar la tristemente conocida como “muerte digna” que propugna la eutanasia.

Como bien señaló Luis Montes, la legislación actual no contempla la eutanasia porque colaborar de forma directa en el suicidio de una persona puede ser considerado como complicidad en un asesinato. Además, como sucede con el caso de la eutanasia, es mucho más grave cuando es el Estado el sujeto que interviene de forma directa y activa a la hora de proporcionar los medios para que una persona acabe con su vida porque esa faceta de la institución estatal iría radicalmente en contra de su función, la de asegurar y proteger la vida de todas las personas que se encuentran bajo su orden.

Hoy en día parece que sólo los “bichos raros” estamos en contra de la eutanasia. Apelando a un valor cristiano como es el de la piedad, determinados sectores político-sociales han tergiversado y manipulado dicho término para tratar de justificar sus repugnantes propuestas ante el resto de los españoles. ¿Desde cuándo una inyección o retirar la respiración artificial puede considerarse como una “muerte digna”?

Digan lo que digan, la eutanasia es un asesinato porque obliga a un ser humano a arrebatar la vida a otro. En ningún momento puede ser comparado con el suicidio porque esto último es un acto que una persona decide cometer dentro de su libertad personal y contra su propia vida sin involucrar a ningún tercero ajeno.

Frente a las propuestas de la cultura de la muerte que abandera Izquierda Unida, nosotros proponemos a la sociedad toledana (y a toda la española) la reivindicación de la vida del hombre como un valor supremo y absoluto al cual respetar y defender.