martes, 6 de mayo de 2014

José María García de Tuñón Aza entrevistado por elmunicipio.es (I parte)


Joseantoniano, nacido en Oviedo, Asturias, España, en 1936. Hijo de Celso García de Tuñón que fue Jefe falangista de la primera hora asturiana. Entre sus libros publicados podemos destacar los siguientes: “José Antonio y la República” Tarfe, Oviedo 1995 y en 1996- 2ª edición revisada; “Apuntes para una historia de la Falange Asturiana” Fundación Ramiro Ledesma, Oviedo, 2002; “José Antonio y los Poetas” Plataforma 2003, Madrid, 2003.

José María, es un torrente de datos, recuerdos y de honestidad en todo lo que cuenta. Preocupado por la extensión de sus respuestas le hemos animado a ello a sabiendas que todo lo que dice lo tiene pensado y contrastado. elmunicipio.es sabe que en ésta ocasión la cantidad no desmerece la alta calidad de contenido en todas las respuestas que García de Tuñón nos ofrece.
Aquí trascribimos la primera parte de la entrevista.

1.- elmunicipio.es. – José María. ¿Nos puede decir por qué se interesa por José Antonio Primo de Rivera, al que dedica gran parte de sus libros y artículos? ¿Tiene Vd. alguna vinculación con la Falange Española que él fundó? ¿Es Vd. admirador de José Antonio?

García de Tuñón. – No es una pregunta la que Vd. me hace, sino tres. Trataré  de contestarlas separadamente para que mejor se entiendan. Así, pues, contestando a la primera decir que mi admiración por José Antonio viene desde hace muchos años, cuando yo era todavía muy joven. En mi casa mi padre tenía en su biblioteca la Obras Completas del fundador de Falange, aquellas que había editado la Sección Femenina , y poco a poco fui leyendo página a página. Leerlas, a la edad que yo tenía entonces, de un tirón, como años más tarde leí había hecho en el exilio la escritora Rosa Chacel, ella misma lo cuenta, me parecía demasiado. De su lectura me impresionaron muchas cosas, pero la que más fue su Testamento al que Eugenio d’Ors consideró de una gran calidad literaria y una página de antología.

En cuanto a lo que entiendo por segunda pregunta, sólo decir que en la actualidad no milito en ninguna de las Falanges que existen. Me afilié en el año 1977 cuando Falange Española de las JONS recuperó, después de cuarenta años, su propio nombre, aunque muchos falangistas no conformes con que aquél se lo dieran al partido que entonces lideraba Raimundo Fernández-Cuesta, fundaron otros. Falange Independiente, Falange Española de las JONS Auténtica, Círculos José Antonio, y alguno más que no recuerdo, son el ejemplo. A mí estas divisiones me costaba mucho trabajo de entenderlas y comprenderlas. Es posible que los que tanto criticaron a Fernández-Cuesta, por su pasado franquista, entre otras cosas, tuvieran sobradas razones para no unirse a FE de las JONS, pero los que vinieron después no lo hicieron mejor porque Falange al día de hoy sigue muy dividida. Así que con este panorama me fui alejando del partido, no de la idea. Me dediqué a leer más a José Antonio y sobre José Antonio, algo, lo confieso, que con esa intensidad no había hecho antes. Después, fruto de todo ello son los artículos y libros que escribí.
Y hemos llegado a la tercera pregunta que creo queda contestada por lo dicho anteriormente. Es decir, y lo vuelvo a repetir, mi admiración por José Antonio Primo de Rivera es total.

2.- elmunicipio.es.- Como Vd. bien sabe el 4 de marzo de 1934 Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera se fusiona con las JONS de Ramiro Ledesma Ramos. Unos meses después, Ramiro, que no pudo imponer su línea de pensamiento, ni su estilo de actuación en la actividad política, convencido que es José Antonio quien marca la ideología y la estrategia de FE de las JONS, conspira contra éste, abandonando la organización falangista horas antes de ser expulsado. ¿Cuáles son las diferencias filosóficas más importantes que les distanciaron y no pudieron superar?

García de Tuñón. – En primer lugar, con esa unión no todos los seguidores de Ramiro estaban conformes. Pondré el ejemplo del poeta José María Castroviejo que vio, en un principio, con recelo ese acuerdo por creer en una posible desviación de doctrina, en un «conservadurismo de camisa azul», aunque no tardaría en darse cuenta de lo infundado de sus temores. En el año 1938 llegó a escribir en El Pueblo Gallego: «En la madurez de Falange Española de las JONS crece también madura, con la experiencia política, la reciedumbre de doctrina en José Antonio, y las juventudes no contaminadas del rencor marxista ni adormecidas con el opio populista le siguen en la ruta». O sea, aunque he puesto un ejemplo, puede servir para la generalidad de que la gran mayoría de los seguidores de ambos líderes estuvieron al lado de Primo de Rivera que fue quien, efectivamente, marcó la ideología y la estrategia. En cuanto a las diferencias filosóficas no puedo estar más de acuerdo con lo que manifestó  en este medio Miguel Argaya: «Ramiro estaba cuajado de pensamiento alemán, hegeliano y nietzscheano; José Antonio, en cambio, venía de otra escuela, la del pensamiento tradicional católico y español. Obviamente, eran dos cosmovisiones no solo distintas, sino antitéticas, de imposible convivencia, y Ramiro lo sabía antes incluso de la fusión de FE y JONS». Hay que reconocer, sin embargo, la enorme categoría intelectual de Ramiro: a los 16 años consiguió publicar La Esfera, la revista ilustrada más famosa de aquel tiempo, y editar su novela El Sello de la Muerte , que dedica a Miguel de Unamuno, cuando tenía sólo 19 años. Por último, según argumentó del pintor Pancho Cossío, José Antonio le encomendó, semanas antes del 18 de julio, la misión de atraerse a Ledesma. No es, me parece, muy creíble este hecho, pero así lo recoge el  libro Testimonio de  Hedilla.

3.- elmunicipio.es –  Onésimo Redondo no siguió a Ramiro, permaneció fiel a José Antonio y a FE de las JONS. ¿Qué nos puede decir sobre Onésimo? ¿Es cierto que en su pensamiento predominaban las ideas del nazismo alemán? ¿Siendo profundamente católico podía aceptar el ateísmo y el racismo? ¿Estaba Onésimo, en las ideas esenciales, cerca del pensamiento de José Antonio, además de la estrategia que marcaba éste?

García de Tuñón - Es verdad que Onésimo siguió fiel a José Antonio, pero no sin antes haberse producido en él serias dudas en cuanto a qué camino seguir. Recordemos que Ramiro, Onésimo y Sotomayor, publicaron una nota en El Heraldo de Madrid en el que se plantean la necesidad de reorganizar las JONS fuera de la órbita de Falange. Al día siguiente aparece otra nota en el mismo periódico, firmada por José Antonio Primo de Rivera, diciendo que han sido expulsados del movimiento Ledesma y Sotomayor, pero para nada menciona a Onésimo. Así y todo en una entrevista que el mismo periódico le hace a Ramiro, éste mantiene que Onésimo está con él. Finalmente, aclarados los malos entendidos, incluidos los recelos que en un principio tuvo José Antonio con el vallisoletano, acabó aceptándolo en su partido. Y para terminar con este suceso, hay que añadir que entre Ramiro y Onésimo nunca surgió una enemistad, al menos nadie la recuerda.

En cuanto a si en su pensamiento predominaban las ideas del nazismo alemán, nada más lejos de la realidad. En sus textos de Doctrina Política, no hay una sola palabra que nos haga pensar que pudieran existir esas ideas en Onésimo. En las cercanas elecciones alemanas llegó a ver el amago próximo de una violenta era nacionalista que representaba Hitler. Por otro lado, Onésimo Redondo, condena al fascismo también. Lo escribe en Libertad: «Nos ha tocado experimentar de cerca la inmoralidad fascista».

Sobre si sus ideas estaban cerca de José Antonio, es obvio de que sí, de lo contrario no hubiera seguido con él. Por desgracia para ellos y para Falange, para España también, fue por muy poco tiempo.

4.- elmunicipio.es - Vd. es asturiano, hablemos de la “Revolución de Asturias” de Octubre de 1934. Vd. cree, como dicen algunos, que fue la primera “batalla” de la Guerra Civil , que se reanudó después en 1936? ¿Qué posición adoptó la Falange Asturiana en estos hechos? ¿Por qué cree Vd. que aún los españoles desconocemos la importancia que tuvo, con más de 1400 muertos y más de 4000 heridos en toda España?

García de TuñónEvidentemente fue un golpe de Estado de los socialistas, junto con otros compañeros de viaje, contra la República.  El historiador Tuñón de Lara admitió en un diario de Oviedo que la Unión Soviética tenía entonces una gran influencia sobre la izquierda socialista en España. El filósofo Gustavo Bueno, escribió que Largo Caballero y Araquistaín, partidarios de una línea leninista, retiraron la confianza al Gobierno de Lerroux, y prepararon, desde el año 1933, un plan de insurrección, en modo alguno democrático. También es muy conocida la frase del académico y embajador, Salvador de Madariaga cuando dijo que con esta rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936. Por su parte, Gregorio Marañón escribió que la sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar España.

Por desgracia no existe ninguna documentación que nos haga saber con fiabilidad la postura que como partido adoptó Falange Española, pero si sabemos que individualmente los falangistas salieron a la calle a defender la República. Como consecuencia trajo que algunos de ellos, por su comportamiento heroico, recibieran la Palma de Plata y el Aspa de Plata que les otorgó José Antonio. Dos a los que se les concedió la Palma de Plata, asesinados en la localidad de Moreda, eran productores de la mina que ganaban el pan con el sudor de su rostro y como sus asesinos materiales estaban sujetos a la dura ley del salario. Sus nombres eran: José Montes Campal y Álvaro Germán Gutiérrez. Por otra parte, Tomás Borrás, enviado especial del diario ABC escribió que «un pequeño grupo de falangistas, catorce muchachos, que lograron fusiles y municiones, hicieron un fortín en una de las casas de la calle de Uría [Oviedo], la llamada casa blanca, y allí han estado quince días, asediados por la más furiosa furia de los revolucionarios, defendiéndose a lo tigre y sin rendirse».

El porqué los españoles desconocen esta parte de la historia nuestra, creo que las razones son dos, principalmente. La primera porque leen poco pues sobre el tema hay mucho publicado. La segunda, porque los medios que hoy tenemos en España,  de la derecha como de la izquierda, no les interesa recordar que aquí se cometieron muchos asesinatos de gente inocente. Recordemos a los 34 religiosos y sacerdotes asesinados en Asturias. Es decir, para los medios de comunicación ese golpe de Estado no forma parte de la memoria histórica, más bien todo lo contrario, ya que en Madrid, por ejemplo, se les han erigido sendos monumentos a los principales culpables de aquel levantamiento, los socialistas: Largo Caballero e Indalecio Prieto, un falso hombre hábil que metió a la República en varios callejones, dice de él Julio Caro Baroja.

5.- elmunicipio.es – José Antonio Primo de Rivera, se quedó impresionado cuando fue a Oviedo a ver los destrozos causados por la “Revolución de Octubre” afirmando: “se impone una transformación social del Estado”. ¿Piensa Vd. que para José Antonio la República ya no daba respuesta a los problemas sociales de España? ¿A qué transformación  se refería?

García de TuñónEvidentemente no puede sorprender a nadie que en su visita a Oviedo José Antonio haya quedado impresionado porque se encontró con una ciudad totalmente devastada. El edificio de la Universidad , ideada por al arzobispo Valdés Salas en el siglo XVI, fue totalmente calcinado. Solamente se mantuvo la estatua de su fundador que provocó que Miguel de Unamuno escribiera, en una de aquellas frases en que se veía su amargura inconsolable: «Allí estaba Valdés, advirtiéndonos con el dedo: “Ya os lo dije yo”».

El incendio trajo consigo la pérdida irreparable de su biblioteca con la desaparición de unos 55.000 libros, cifra que hacía de la Universidad ovetense uno de los establecimientos mejor dotados bibliográficamente del país. En ese conjunto destacaban más de 250 manuscritos, 66 incunables, valiosas obras impresas en el siglo XVI y muchos miles de libros de los siglos XVII y XVIII. El catedrático de Historia del Derecho, Ramón Prieto Bances, declaraba a los pocos días que además de la desaparición de la biblioteca, sentía la pérdida de notables obras de arte, como cuadros de Zurbarán, de Ribera y de otros pintores del XVIII y XIX.  Muebles y tapices del siglo XVII verdaderamente notables.

Aquella República a la que tan bien se refirió José Antonio en su discurso en mayo de 1935 en el Cine Madrid, no era la que él quería. Pienso que ese discurso es  clave y que todos los que nos sentimos joseantonianos debiéremos leer muchas veces. En definitiva, hay que leer más a José Antonio, algo que no hacen, incluso, los que se sienten falangistas. Sus siempre acertadas palabras cuando dice, por ejemplo: «La alegría del 14 de abril, una vez más, era el reencuentro del pueblo español con la vieja nostalgia de su revolución pendiente. El pueblo español necesita su revolución y creyó que la había conseguido el 14 de abril de 1931; creyó que la había conseguido porque le pareció que esa fecha le prometía sus dos grandes cosas, largamente anheladas: primero, la devolución de un espíritu nacional colectivo; después, la implantación de una base material, humana, de convivencia entre los españoles». Los hombres del 14 de abril, en opinión de José Antonio, tenían en la Historia la responsabilidad terrible de haber defraudado otra vez la revolución española. Los hombres del 14 de abril no hicieron lo que el 14 de abril prometía. Por todo ello, José Antonio también dijo aquel día que nosotros amamos a España porque no nos gusta, por eso nunca se cansó de hablar de justicia social que era lo que quería transformar. Todo está en sus escritos, en sus discursos, no hace falta repetirlo.

6.- elmunicipio.es – ¿Quiénes fueron en la Falange Asturiana de la primera hora Celso García de Tuñón y Juan Francisco Yela Utrilla? ¿Qué aportaron a la Falange y a España?

García de Tuñón – Es una pregunta muy comprometida para mí porque uno de ellos es mi padre. Aquellos años no los viví, por lo tanto no puedo tener ningún recuerdo personal. Lo que sé, poco o mucho, ha sido porque lo leí o que en alguna ocasión escuche de mi padre algunas cosas; no muchas porque pertenezco a una generación que en casa apenas se hablaba de aquellos fatídicos años y de las luchas políticas entre españoles. Todo empezó, como decía José Antonio con «la alegría del 14 de abril», que se inicia con la quema de iglesias y conventos en toda España, viniendo después todo lo demás. Con este panorama encima, y una vez fundada Falange a últimos de 1933, tanto mi padre Celso García de Tuñón como Yela Utrilla y otros asturianos: Leopoldo Panizo, Enrique Cangas, José López-Sela, Ulpiano Cervero, Francisco Martínez, etc., se apuntan al nuevo partido y comienzan a organizarlo en Asturias. Casi desde el primer momento llegó la persecución del falangista. Era gobernador de la provincia, Marcelino Rico Rivas que empezó pidiendo la identificación de unos jóvenes falangistas, que repartían, lo que él entendía por hojas clandestinas, para proceder a su detención. Todo lo contrario a lo que pasó con los incendiarios de iglesias y conventos puesto que no existe constancia de una investigación policial de los hechos, y, por supuesto, una sola detención.

7.- elmunicipio.es  – .Si no recuerdo mal el 12 de junio de 1935, algo más de una semana del mitin que José Antonio y Manuel Mateo dieron en Oviedo, se produce una explosión en la Sede de la Falange ovetense; mueren dos obreros militantes falangistas que, como Manuel Mateo, procedían del partido comunista y un tercer militante quedó gravemente herido. ¿Qué pasó realmente? ¿Quién o quiénes cometieron el atentado si es que lo fue y por qué? ¿Qué respuesta dio la Falange asturiana?

García de Tuñón - Todo lo que sé sobre el particular es a través de la prensa provincial y nacional que he leído. Sí recuerdo que mi padre me contaba que por culpa de aquella explosión lo metieron en la cárcel, con otros falangistas. El incidente tuvo mucha repercusión. Incluso el diario ABC dio una amplia información del suceso, al mismo tiempo que citaba los nombres de los detenidos, un total de diez: Celso García de Tuñón, Ángel Yela, Marcelino Fernández, Juan Junquera, Francisco Martínez, Salvador Sánchez, Ulpiano Cervero, Bienvenido García, José López y Antonio Bueno. A todos se les juzgaba. José Antonio mandó a su pasante Sarrió, aunque había más abogados defendiendo a los encausados.  El juicio tuvo lugar en el Hospital donde estaba el herido, y hasta ahí, todos los procesados fueron trasladados desde la cárcel a pie por las calles de Oviedo, y esposados. Se les acusaba de tenencia de explosivos, pero el Tribunal nada pudo probar porque según testimonio del herido José Molina, éste tenía la seguridad de que en local no había ningún explosivo. La  Policía no pudo probar nada y el Tribunal al no tener evidencia alguna, optó por poner en libertad a todos los detenidos ya que también cabía la posibilidad, como  testimoniaron los encausados, de que desde el exterior había sido arrojada una bomba al local de Falange.

8.- elmunicipio.es – Oviedo no tuvo un Guernica, pero allí, en su Catedral, España tenía en la Cámara Santa las reliquias más preciadas de su razón de ser Católica. ¿Por qué esta barbarie? ¿Por qué se silencian estos hechos? ¿Por qué la juventud actual no los conoce? ¿Por qué no se dice que los socialistas y los separatistas dieron un golpe de Estado en 1934 contra la República agrediendo el corazón simbólico de España?

García de Tuñón  - Antes de contestar a su pregunta, permítame referirme al bombardeo que sufrió la ciudad de Oviedo durante el asedio y el sitio desde comienzos de la guerra. En unas declaraciones que hizo a un periódico ovetense José Manuel García Peruyena, éste recordaba que unas  bombas de aviación mataron el 10 de septiembre de 1936 a 120 personas que estaban refugiadas en el sótano de un edificio.  El mismo número de personas que murió en la localidad vizcaína, según Salas Larrazábal. De los que murieron en Oviedo nunca nadie habrá oído hablar de ellos, de los de Guernica, además del cuadro de Picasso, las hemerotecas y las bibliotecas están llenas de referencias a ese bombardeo.

Pero volvamos a la pregunta.  Efectivamente, la voladura de la Cámara Santa de nuestra Catedral fue un acto de barbarie. La escritora Concha Espina se hace eco de esta barbarie diciendo que lo que destruyeron era una joya de insuperable mérito en toda la Cristiandad ; por su arquitectura, por sus alhajas, por sus tradiciones. El más famoso relicario que guardado estuvo durante un siglo oculto a la herejía en las nieves perpetuas del monte Monsacro. Y ahora lo destruye el fuego en las mismas entrañas de la Catedral. El odio a la Iglesia católica era patente y nunca se silenciaron estos hechos, yo escribí bastante sobre el particular, lo que ocurre, tengo que volver a repetirlo, que la gente, en general, lee muy poco y ahora los medios, la mayoría de ellos, tratan de silenciarlo. Pero la Historia está ahí y nunca pondrán cambiarla, aunque sí tratarán, como ya lo están haciendo, de deformarla con la famosa Ley de la Memoria Histórica que se le ocurrió al funesto y deplorable Rodríguez Zapatero.

9.- elmunicipio.es – Permítame, José María, que le haga un pregunta muy amplia. Le voy a sugerir nombres de personajes españoles ilustres. Le pido que nos dé una breve opinión sobre ellos en relación con José Antonio Primo de Rivera y su doctrina falangista: Miguel de Unamuno; Federico García Lorca; Pío Baroja; José Ortega y Gasset; Gregorio Marañón; Eugenio d’Ors; José María Gil Robles; Indalecio Prieto; Ángel Pestaña; Emilio Mola; Julián Zugazagoitia; Claudio Sánchez Albornoz; Francisco Franco y Dionisio Ridruejo.

García de Tuñón  - Me parece que le voy a decepcionar, pero en la mayoría de ellos no veo ninguna relación con José Antonio y, mucho menos, con su ideología. Pero sí le voy a dar mi  opinión sobre cada uno y su relación o no con el fundador de Falange;

MIGUEL DE UNAMUNO: El autor Del sentimiento trágico de la vida, el que dijo que escribió poesía y después todo lo demás. Conoció, efectivamente, a José Antonio en Salamanca, incluso asistió al mitin que el fundador de Falange dio en aquella ciudad en el teatro Bretón. Después acompañó a José Antonio y otros falangistas, a una comida en el Gran Hotel. Sería la primera y última vez que se vieron, pero los falangistas de Salamanca seguían teniendo trato con él. El día de su muerte, diciembre de 1936, lo acompañaba en su casa el falangista Bartolomé Aragón quien escucho decir a Unamuno: « ¡Dios no puede volver la espalda a España! ¡España se salvará porque tiene que salvarse!». Al poco rato murió aquel hombre, que había vivido una larga agonía, sin tan siquiera agonizar. Sin lucha. Sin tormento. Murió en paz. A la mañana siguiente, en la parroquia de la Purísima , tuvo lugar el funeral por su eterno descanso. Por la tarde la conducción del cadáver al cementerio de Salamanca. El hombro izquierdo del tenor Miguel Fleta, vestido con la camisa azul, soportaba la carga proporcional del féretro. Tres periodistas, con camisa azul también, Víctor de la Serna , Antonio de Obregón y Salvador Díaz Ferrer, compartían con el tenor el peso del ataúd. A las cinco de la tarde, la caja mortuoria entra en el nicho mientras en ese momento, alguien grita: « ¡Camarada Miguel de Unamuno!». Los falangistas que asisten al sepelio, alzando el brazo y abriendo la mano, responden: « ¡Presente!».

FEDERICO GARCÍA LORCA: Mucho se ha escrito sobre la hipotética amistad entre el poeta y José Antonio. El 10 de junio de 1976 el poeta Gabriel Celaya publicaba un artículo en el diario El País que tituló: Recordando a García Lorca. Lo terminaba escribiendo sobre las bromas y pullas que se gastaban varios contertulios de La Ballena Alegre, entre los que se encontraban José Antonio Primo de Rivera y García Lorca, que pertenecían a tertulias diferentes. Pero en 1966 Celaya publicó en Roma, en una revista llamada Realidad, una historia rocambolesca donde nos habla de las salidas por Madrid, juntos en un taxi y con las cortinas bajadas, del político y el poeta. Esta historia la reproducía Celaya, año 1979, en el libro Poesía y Verdad,  aunque nada decía en la primera edición año 1959. Esta información sirvió para que la revista Pica, órgano de Falange Auténtica de Árdales (Málaga),  publicara un largo artículo dando por buena la versión de Celaya, con la que nunca pude estar de acuerdo. Por esta razón, publiqué un artículo donde recogía los testimonios del biógrafo Ximénez de Sandoval, el poeta Agustín de Foxá y hasta del propio hermano de Federico García Lorca, Francisco, que declararon, en distintas ocasiones, de que nunca existió tal amistad entre ambos personajes. Otra cosa es que José Antonio pudo haber dicho en alguna ocasión que le gustaría que García Lorca fuera el poeta de Falange. Pero también  a esta frase le falta la fuente de cómo y cuándo la dijo.
Es cierto que Jaime Suárez, del que hablaremos después, escribe en uno de sus libros de que ambos se conocían, algo que no era raro en el Madrid de aquellos años; pero nunca hubo una amistad entre ellos.

PÍO BAROJA: Así como existen testimonios de que el jonsista Juan Aparicio y  Ramiro Ledesma Ramos, visitaron en alguna ocasión a Pío Baroja, no existe ninguno de que lo hiciera Primo de Rivera. Sin embargo, el escritor se refirió en su libro Desde el exilio, a Pilar Primo de Rivera como «esta mujer admirable». En otro, Comunistas judíos y demás ralea,  cuenta que un día «en Vera me visitaron algunos jóvenes falangistas». En una colección de ensayos, recogidos después en su libro Ayer y hoy, llegó a escribir que la República Española ha vivido en plena dictadura, en pleno despotismo y en plena arbitrariedad. Ha suprimido periódicos; ha metido en la cárcel a gente inocente. Cuando socialistas y comunistas luchaban con los fascistas en las calles de Madrid el Mundo Obrero, órgano del comunismo, recomendaba contra los fascistas la eliminación integral, es decir, la muerte.

JOSÉ ORTEGA Y GASSET: Nos encontramos, probablemente, ante el hombre que más influencia tuvo en el pensamiento de José Antonio que amaba la obra de Ortega, aunque alguna vez la combatió. Recordemos  el artículo que publicó José Antonio en la revista Haz el 5 de diciembre de 1935, titulado Homenaje y reproche a D. José Ortega y Gasset. Recordemos también las palabras que el filósofo Gustavo Bueno escribió en un artículo titulado La Idea de España en Ortega, donde nos dice, lo que contestó el jonsista Juan Aparicio cuando le preguntaron si había asistido al mitin que el día anterior había dado José Antonio: «No me interesa oír a Ortega en mangas de camisa…». Es bastante lo que sobre esa influencia han escrito muchos falangistas, lo mismo que otras personas que nada tuvieron que ver con Falange. Escribía, por ejemplo, a la muerte de Ortega y Gasset, el periodista José Antonio Cepeda en el diario La Nueva España : «Los que para llegar a ser falangistas nos dimos primero al estudio de la doctrina legada por Ganivet, Unamuno, Maeztu, Pradera y José Antonio, tuvimos también por fuerza que aceptar, casi por entero, el magisterio de Ortega y Gasset. No nos quedaba otro remedio. La lección de Ortega es como un vivo y fresco manantial en nuestra mentes».

Por otro lado, el antes citado Jaime Suárez que, entre otros  títulos, tiene el haber fundado la Asociación Plataforma 2003, que sigue trabajando, con cerca de 90 años,  por el buen nombre de José Antonio, a quien se le debe la publicación de las últimas Obras Completas del fundador de Falange, también otras publicaciones, unas como autor, otras como editor, por lo que creo que todos  estamos en deuda con él. Por esta razón es difícil de entender que apenas cuente con el apoyo de las distintas Falanges que figuran en el panorama político español. En el año 1949 cuando dirigía la  revista La Hora, revista de los estudiantes españoles (SEU), escribió una carta dirigida a Ortega en la que le decía: «José Antonio nos enseñó a tenerle a usted devoción. Todos los que hoy tenemos menos de veinticinco años, es decir, los universitarios, empezamos a conocerle a través de la palabra de José Antonio y después le hemos leído a usted». Al mismo tiempo le pedía una colaboración para la revista. Ortega le contestó y le envió la conferencia que había dado en Berlín a los universitarios. Lo único que pedía para su publicación es que le enviaran las pruebas para que las corrigiera Julián Marías, «que es un gran  corrector», decía.

Al citar a Jaime Suárez, aunque sea salirse del guión, me viene a la memoria cuando el poeta falangista Eduardo López Pascual, a quien también entrevistó elmunicipio.es, al no estar conforme  con algunas cosas que aquél decía en su libro El legado de José Antonio, le escribió una carta que tuvo su contestación inmediata. Al final todo quedó en un cambio de impresiones, muy saludables para ambas partes y para los que tuvimos la suerte de leerlas. Es bueno ese cambio de impresiones, que tantas veces faltó y sigue faltando entre falangistas.

GREGORIO MARAÑÓN: Muy poco se han preocupado los biógrafos de José Antonio,  también los  historiadores, de la amistad que existió entre ambos personajes. Sabemos que el fundador de Falange recibió de Gregorio Marañón un ejemplar de El Conde Duque de Olivares, con la siguiente dedicatoria; «Como la lectura de mi libro ha suscitado tantos comentarios, hasta el punto de establecer algunos un parangón con la interpretación que doy a mi biografiado y la figura de su padre, tengo interés en que sepa usted, admirado José Antonio, que esto no responde a ningún propósito determinado, ya que la figura del general Primo de Rivera parece día en día clara y alta, diáfana y sincera, en el pensamiento de los españoles, agigantándose ante la labor del historiador». José Antonio respondió «con una carta admirable de agradecimiento, por su dedicatoria, pero fue perdida, como tantos documentos, en el Madrid rojo del 36», me decía hace años su hijo Gregorio Marañón Moya.

No olvidemos aquella lista de nombres que José Antonio, desde la cárcel, ofrecía para formar Gobierno como solución para que la guerra terminara. En ella aparece el nombre de Marañón como ministro de Trabajo y Sanidad. También es creíble, dada la amistad que existía entre ambos, lo que algunos escriben sobre lo que intentó Marañón para salvarle la vida. Como última referencia, para no alargarnos más, la que el periodista falangista Samuel Ros escribió en el número 3 de F.E, 18 enero de 1934, una crítica al libro Raíz y decoro de España, donde, entre otras cosas, dice: «En el apartado Libertad y cultura, del cuarto ensayo que contiene el libro del doctor Marañón, arrancando de puntos distintos a los que constituyen nuestros postulados, llega a idénticos fines…».

EUGENIO D’ORS: Fue Francisco Umbral quien escribió en su libro Leyenda del César Visionario: «La influencia de d’Ors en la retórica de José Antonio es más importante que la de Ortega, y esto no lo ha señalado nadie por la sola razón de que a d’Ors no lo han leído». Y es cierto, incluso, para los propios biógrafos del fundador de Falange que no tuvieron en cuenta el pensamiento falangista que siempre conservó la huella orsiana, pero confundida con la de Ortega, que ya se había estampado sobre José Antonio.  Ximénez de Sandoval no cita a d’Ors ni una sola vez, en su Biografía apasionada. Antonio Gibello en su José Antonio ese desconocido aparece el nombre de Eugenio d’Ors como aparece Pilatos en el Credo, es decir, de casualidad, en esta ocasión porque Gibello reproduce unas líneas de Antonio Garrigues Díaz-Cañabate donde éste escribe, junto con otros, el nombre del catalán. Carlos Arce lo ignora totalmente en su Biografía. El maligno de César Vidal, que no sabe quién fue José Antonio, en su Biografía no autorizada no se entera de que existió d’Ors. Julio Gil Pecharromán en su Retrato de un visionario, lo nombra dos veces sin interés histórico alguno. El hispanista Ian Gibson, no lo cita En busca de José Antonio porque es posible que la causa haya sido que nunca supo quien fue d’Ors. Por último, para no cansar al lector, el libro de la colección Cara y Cruz que escribieron Enrique de Aguinaga y Stanley G. Payne, el nombre del filósofo no aparece en ninguna de sus páginas. Al comienzo de esta entrevista, repetía unas palabras que sobre el testamento de José Antonio había escrito Eugenio d’Ors, permítaseme ahora que sea un poco más extenso y reproduzca  estas palabras del catalán, entre las muchas que dedicó a José Antonio: «No sé si atreverme a recordar igualmente un documento importante de nuestros  días, que, uniendo los cabos de una evolución, está muy cerca de la lección de Jovellanos. Este documento ― ¡no grite nadie! ― es el testamento de José Antonio. Su inspiración templada, su ecuanimidad entre muerte y vida, su útil dignidad, su heroísmo sin pathos confirman la presencia entre nosotros de una tradición, de «otra» y más universal tradición que la de los ascéticos enajenados y declamatorios gestores».

JOSÉ MARÍA GIL ROBLES: .Un adversario político con quien José Antonio nunca se entendió. Es cierto que Gil Robles en sus memorias que tituló No fue posible la paz, cita varias veces  a José Antonio y no lo trata mal, pero no es menos cierto que con motivo del suplicatorio dirigido a las Cortes por el Tribunal Supremo para proceder judicialmente contra José Antonio por un delito de tenencia de armas, la inmensa mayoría del grupo parlamentario de Gil Robles, votó que sí, aunque éste se abstuvo. Finalmente José Antonio no fue procesado a pesar de que la derecha le hostigaba insistentemente. Tanto en el Congreso como fuera de él, gentes de esa ideología le atacaron y combatieron y cuando la muerte de Primo de Rivera fue segura, no tuvieron inconveniente en glorificarlo y se aprovecharon y medraron luego ocupando buenos puestos en  un régimen que en buena parte se establecía sobre su sacrifico.

INDALECIO PRIETO: Es la figura del socialismo español con la que más se ha relacionado a José Antonio. Hablar ahora de esa relación nos llevaría mucho tiempo y voy a procurar ser lo más breve posible. Recordemos aquel artículo, Prieto se acerca a la Falange , después de que éste pronunciara un discurso en Cuenca el 1 de mayo de 1936. Cuando Prieto tuvo oportunidad de leer el artículo, escribió en su libro Convulsiones de España un largo comentario que da comienzo con estas palabras: «No es ahora propósito mío analizar si son reales o aparentes las coincidencias apuntadas por el fundador de Falange. Me limito a consignar que nada nuevo dije en Cuenca. Precisamente lo que Primo de Rivera copia de mi discurso con más fruición es un pasaje en el cual repetí algo que hube de proclamar tres años antes a orillas del Guadiana, al inaugurar como ministro las obras del pantano de Cijara…». Recogería también, en este libro, parte del testamento de José Antonio y recordaría cuando en junio de 1934 el Congreso aprobó el suplicatorio del Tribunal Supremo para procesar a José Antonio y al también socialista Juan Lozano, ambos por el delito de tenencia ilícita de armas. En el salón de sesiones fue Prieto el que se encargó de impugnar el dictamen referido defendiendo a los dos por igual: «Me pareció que el rasero debía ser el mismo para amigos y adversarios y defendí con igual vehemencia al fundador de Falange. Éste, terminada la votación, que le fue favorable, atravesó los bancos de los diputados de la Ceda , dirigiendo duras frases a quienes de éstos votaron en contra, y llegando a mi escaño me tendió la mano y me dio las gracias muy conmovido». No olvidemos tampoco, que en aquel hipotético Gobierno ideado por José Antonio, Indalecio Prieto ocuparía el ministerio de Obras Públicas. Pero no todo fueron rosas en los encuentros que mantuvieron ambos políticos. Es Serrano Suñer quien recordó que en una de las primeras sesiones de aquella la legislatura, cuando Prieto injurió al Dictador Primo de Rivera de gran latrocinio el contrato de Telefónica, José Antonio se abalanzó sobre él para agredirle.

El que fue ministro de Justicia con Largo Caballero, Juan García Oliver, líder del movimiento obrero, ha dejado escrito: «Prieto se sentía colindante con Falange. De haber vivido José Antonio Primo de Rivera, aquel fascista sui generis que buscó contar con Pestaña y con Prieto, seguro que hubiera tratado de asociarse con los falangistas para ir contra Franco. Pero las camisas viejas carecían de prestigio y de jefe».

ÁNGEL PESTAÑA: Son varios los testimonios que hay sobre un posible acercamiento entre José Antonio y Ángel Pestaña, habiendo sido citado uno de ellos. Por otro lado, el biógrafo del anarquista Durruti, Joan Llarch, escribe que cuando en cierta ocasión José Antonio preguntó a Ángel Pestaña, qué había repudiado el bolchevismo que conoció en la URSS en vida de Lenin, el porqué la resistencia de los obreros a seguirle en sus propósitos de justicia social, el líder sindicalista, le respondió, suavizando en lo posible las palabras: «Porque lo obreros ven en ti a un señorito y no a uno de ellos».

El también anarquista Diego Abad de Santillán se hace eco asimismo de esa fallida relación política que pudo haber y no hubo ente ambos líderes. José Antonio se interesó siempre por los contactos que los falangistas catalanes llevaban a cabo con estos militantes sindicalistas. En cierta ocasión, se reunieron con Ángel Pestaña, del que Luys Santa Marina  era amigo. Este tipo de contactos que alguna vez tomaba José Antonio, le valieron para que la derecha zafia de siempre  llegara  a la provocación en forma de desprecio, e, incluso, «sin haberle escuchado ni leído, llamáronle bolchevique», escribió Santa Marina.

EMILIO MOLA: Salvo escasas referencias, los biógrafos e historiadores apenas nos cuentan nada de la relación política o de simple amistad que pudo haber habido entre el militar y José Antonio. Por ejemplo, el biógrafo Gil Pecharromán, ha escrito que el pasante de Primo de Rivera, Rafael Garcerán,  fue el portador de una carta en la que el fundador de Falange ofrecía  a Mola cuatro mil falangistas ―el biógrafo los llama milicianos―, perfectamente encuadrados que se concentrarían con rapidez en los puntos convenidos con los militares.

Mayor estupidez ésta no se ha podido leer nunca. ¿De dónde saca ese número de falangistas? ¿Dónde está esa carta? En primer lugar, en mi opinión, no había en toda España tantos afiliados que pudieran cumplir con ese cometido- En segundo lugar, en febrero de 1986 he estado en Madrid todo el día con Garcerán, incluso nuestra conversación se prorrogó en su casa hasta bien entrada la noche, y en ningún momento habló de haber sido el portador de carta alguna a ningún militar.

Para mayor confusión, el biógrafo de Mola, José María Iribarren, nos cuenta que un primo de José Antonio «llamado Sáenz de Heredia», no cita el nombre,  entregó a Mola unas proclamas, proclamas que tampoco aparecieron nunca. Es decir, biógrafos e historiadores escriben de cosas que jamás llegan a demostrar. Esa carta y esa proclama son ejemplo de lo que digo….

JULIÁN ZUGAZAGOITIA: Fue diputado y director del periódico El Socialista. En 1940 era detenido en Francia por la Gestapo alemana, devuelto a España donde sería juzgado y, lamentablemente, fusilado. En su libro Guerra y vicisitudes de los españoles, escribe que el testamento de José Antonio es un documento sobrio y sereno que no carece de sincera emoción. Después lo  reproduce íntegro. A continuación dice que la conducta de José Antonio en la cárcel fue liberal y que en las horas de encierro tejió sueños de paz; esbozando un gobierno de concordia nacional y redactando el esquema de su política. Temía una victoria de militares. Eso era para él, para José Antonio, el pasado. Lo viejo. La España del siglo XIX.

CLAUDIO SÁNCHEZ-ALBORNOZ: Fue un político que llegó a ocupar varios cargos durante la República , como diputado por Ávila, ministro de Estado y embajador, incluso fue presidente del Gobierno republicano en el exilio; pero por lo que es más conocido este abulense de adopción es por su gigantesca labor que realizó en torno a la Edad Media española.

En su libro Anecdotario político, nos cuanta que después de escuchar a José Antonio en las Cortes, su proyecto de Reforma Agraria, Sánchez-Albornoz, le dijo: «Si continúa por el camino en que le he visto avanzar esta tarde va a desilusionar a las derechas españolas que le siguen». A lo que José Antonio le contestó: «…lo sé y hasta he podido comprobarlo. Desde que he girado hacia la izquierda me han suprimido la subvención con que antes me favorecían mis campañas».

FRANCISCO FRANCO: Es, posiblemente, la opinión que dé de él en su relación con José Antonio, la más fácil de contestar ya que, precisamente, apenas hubo relación alguna entre ellos ni tampoco nada digno que destacar. Todo lo que vino después de la muerte del fundador de Falange,  es otra historia de la que se podía escribir mucho, pero ahora no es el momento ni tampoco se me pide. En vida de ambos conocemos la carta que le envió José Antonio y la cita que hace de él en la reunión que la Junta Política tuvo en Gredos. Después existe el testimonio de Serrano Suñer cuando en su casa se entrevistaron ambos. Al parecer, según el anfitrión, José Antonio quedó muy decepcionado de la conversación con Franco. «Mi padre ―dijo Primo de Rivera― con todos sus defectos, con su desorientación política, era otra cosa. Tenía humanidad, decisión y nobleza. Pero estas gentes…».

DIONISIO RIDRUEJO: Falangista de primera hora y poeta a quien se le deben algunas estrofas, del himno de Falange, Cara al sol, como veremos más adelante. Conoció a José Antonio en casa del matrimonio Tomás Chávarri y Marichu de la Mora en una velada poética más que política. Allí se encontraban también la poetisa Ernestina de Champorcín y el poeta Agustín de Foxá. Ridruejo leyó algunos poemas mientras José Antonio lo escuchaba muy atento y declaraba su gusto por la poesía francesa. José Antonio Primo de Rivera para Ridruejo no pudo ser otra cosa que la unidad de España, de una España partida y disgregada. Así lo decía un día antes los micrófonos de Radio Nacional de España: «Lo mataron queriendo matar así la unidad de España. El cadáver de José Antonio exige vencer, nos exige tomar las tierras que fueron regadas con su sangre, nos exige tomar aquellas gentes que no supieron entenderle». Ridruejo nunca dejó de sentir por la figura el fundador de Falange un gran respeto y vivo afecto que siempre le inspiró y al que un día le dedicó varios sonetos. Después abjuraría de sus posiciones pasadas, estimadas como erróneas, y buscaría nuevas salidas políticas bien opuestas, actitud que mereció el repudio de algunos camaradas como Eugenio Montes que llegó a increparle con estas durísimas palabras: «Cuando como tú se ha llevado a centenares de compatriotas a la muerte, y, luego, se llega a la conclusión de que aquella lucha fue un error, no cabe dedicarse a fundar un partido político: si se es creyente hay que hacerse cartujo y si se es agnóstico hay que pegarse un tiro». De todas las maneras, todo aquél que haya leído sus Casi unas memorias, llegará a la conclusión, yo he llegado, de que Ridruejo, hasta el último momento de su vida, sintió una gran admiración por José Antonio.

10.- elmunicipio.es – ¿Qué siente Vd. cuando ve que el nombre de José Antonio Primo de Rivera está poco a poco desapareciendo de la memoria de los españoles y, sin embargo, otros nombres como Largo Caballero, Pablo Iglesias, Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo y otros…dando nombre a calles y plazas de los pueblos y ciudades de España?

García de TuñónTristeza y mucha pena. Luchar contra la incomprensión de los políticos es perder el tiempo. La izquierda es vengativa y no cejará hasta terminar con su nombre en el último rincón de España. La derecha es cobarde, y no sólo se opone a que desaparezca su nombre sino que participa en que los nombres, que Vd. cita,  figuren en los callejeros de los pueblos y ciudades de España. Algunas veces, incluso, es la derecha la que los promociona ella sola. Por eso somos nosotros los que debemos seguir propagando su nombre y su ideología.

elmunicipio.es.- José María, no nos has decepcionado. Por el contrario, nos has deleitado con todo tu saber. Muchas gracias. Los lectores y amigos de elmunicipio.es deben saber que la II parte de esta entrevista, que publicaremos próximamente, es tan rica o más en contenido que esta primera.

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