El Ayuntamiento de
Toledo publicó en su página web la siguiente nota este último martes:
El alcalde de Toledo, Emiliano
García-Page, se ha reunido hoy con el representante de la Logia Masónica
Alehph147, Javier Rivas, quien le ha trasladado las actividades que llevan a
cabo dentro de la Asociación Cultural Maestro Martín, de la cual forman parte. Ayuntamiento de Toledo.
La Logia Masónica de Toledo pertenece a la
Gran Logia de España y cuenta en la actualidad con una treintena de miembros.
Javier Rivas ha informado al alcalde de la constitución de esta asociación
cultural que tiene entre sus intereses la realización de actividades en defensa
y promoción de la arquitectura, las costumbres, la gastronomía y la cultura
toledanas.
De la nota se hizo
eco un medio provincial de gran tirada como es La Tribuna de Toledo.
A continuación,
reproducimos algunos fragmentos de un artículo titulado “¿Por qué un católico
no puede ser masón, que puede consultarse en el siguiente enlace de Aciprensa:
http://www.aciprensa.com/controversias/catolicomason.htm
“A lo largo de su
historia la Iglesia católica ha condenado y desaconsejado a sus fieles la
pertenencia a asociaciones que se declaraban ateas y contra la religión, o que
podían poner en peligro la fe. Entre estas asociaciones se encuentra la masonería.
Actualmente, la legislación se rige por el
Código de Derecho Canónico promulgado por el Papa Juan Pablo II
el 25 de enero de 1983, que, en su canon 1374, señala:
"Quien se inscribe en una asociación
que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien
promueve o dirige esa asociación ha de ser castigado con entredicho".”
“El criterio de la Iglesia
no ha variado en absoluto con respecto a las anteriores declaraciones, y la nominación
expresa de la masonería se había omitido por incluirla junto a otras
asociaciones. Se indica, además, que los principios de la masonería siguen
siendo incompatibles
con la doctrina de la Iglesia, y que los fieles que pertenezcan a asociaciones
masónicas no pueden acceder a la Sagrada Comunión”.
“La Iglesia ha condenado
siempre la masonería. En el siglo XVIII los Papas lo hicieron con mucha más
fuerza, y en el XIX persistieron en ello. En el Código de Derecho Canónico de
1917 se excomulgaba a los católicos que dieran su nombre a la masonería, y en
el de 1983 el canon de la excomunión desaparece, junto con la mención explícita
de la masonería, lo que ha podido crear en algunos la falsa opinión de que la
Iglesia poco menos que aprueba a la masonería”.
“Casi desde su aparición, la
masonería generó preocupaciones en la Iglesia. Clemente XII, en "In
eminenti", había condenado a la masonería. Más tarde, León XIII, en su
encíclica "Humanum genus", de 20 de abril de 1884, la calificaba de
organización secreta, enemigo astuto y calculador, negadora de los principios
fundamentales de la doctrina de la Iglesia.
En el canon 2335 del Código de Derecho Canónico
de 1917 establecía que "los que dan su nombre a la secta masónica, o a
otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o contra
las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente
reservada a la Sede Apostólica".”
“Los motivos que
argumentaba la Iglesia católica para su condena a la masonería eran
fundamentalmente: el carácter secreto de la organización, el juramento que
garantizaba ese carácter oculto de sus actividades y los complots perturbadores
que la masonería llevaba a cabo en contra de la Iglesia y los legítimos poderes
civiles. La pena establecía directamente la excomunión, estableciéndose además
una pena especial para los clérigos y los religiosos en el canon 2336”.
"La masonería
-decían los obispos alemanes- no ha cambiado en su esencia. La pertenencia a la
misma cuestiona los fundamentos de la existencia cristiana" (.) Las
principales razones alegadas para ello fueron las siguientes: la cosmología o
visión del mundo de los masones no es unitaria, sino relativa, subjetiva, y no
se puede armonizar con la fe cristiana; el concepto de verdad es, asimismo,
relativista, negando la posibilidad de un conocimiento objetivo de la verdad,
lo que no es compatible con el concepto católico; también el concepto de
religión es relativista (.) y no coincide con la convicción fundamental del
cristianismo, el concepto de Dios, simbolizado a través del "Gran
Arquitecto del Universo" es de tipo deístico y no hay ningún conocimiento
objetivo de Dios en el sentido del concepto personal del Dios del teísmo, y
está transido de relativismo, lo cual mina los fundamentos de la concepción de
Dios de los católicos (.)”
El Arzobispado de
Toledo debería tener todo esto muy presente cuando viera que Emiliano
García-Page participara en actos públicos de fe de la Iglesia Católica. Queda
muy claro que un representante político que se reúne con miembros de la
masonería no puede ser un católico consecuente con lo que la doctrina de la
Iglesia ha predicado desde tiempos inmemoriales y todo eso sin olvidar que el
partido al que pertenece García-Page lleva décadas arremetiendo contra la
Iglesia Católica y promoviendo legislaciones contrarias a la Ley Natural.
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