Martínez Camino defiende el derecho de los hijos a tener un padre y una madre.

Don Juan Antonio Martínez Camino, portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, ha manifestado recientemente, en referencia a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el “matrimonio homosexual”, que “los hijos tienen derecho a tener un padre y una madre, independientemente de lo que digan los tribunales”.

Los miembros de -elmunicipiotoledo-, que compartimos plenamente las mencionadas declaraciones de Don Juan Antonio Martínez Camino, animamos a la Conferencia Episcopal a que dé un paso más en su defensa de la fe católica y sus principios morales y que, por ello, muestre una postura de oposición mucho más abierta y directa contra el actual Gobierno de España, que en el último año en el que ha estado gobernando no sólo no ha mantenido la política enemiga de la familia y de la vida que caracterizó al anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sino que además ha asegurado en más de una ocasión que sus decisiones irán marcadas por lo que establezca, entre otros, el Tribunal Constitucional…

Por lo visto, si el programa del Partido Popular ya era de un inexistente contenido provida y defensor de la familia; ahora, en vista de lo sucedido durante estos últimos meses, está claro que ya no se puede seguir sosteniendo, como se hace por algunas personas más o menos bien intencionadas, que los principios del Partido Popular son la defensa de la vida y la defensa de la institución de la familia (pero la única familia verdadera, aquella compuesta por un hombre y una mujer dispuestos a tener hijos que sean el futuro de la sociedad española).

Esperemos que las últimas actitudes del Gobierno y del Partido Popular hagan replantearse a muchos españoles, con sólidos principios morales pero con demasiada buena fe e ingenuidad para con la clase política profesional, que desde el Partido Popular nunca se defenderán ningún tipo de principios morales más allá de los establecidos en la legislación, es decir, unos “principios” de carácter estatal y laicistas; por lo tanto, todas aquellas personas que, como nosotros, defienden el derecho a la vida, defienden a la familia tradicional natural y defienden una concepción de la vida regida por una determinada moral han de dar el paso y dejar de apoyar, ya sea electoral o personalmente, a esa política que únicamente busca sus principios cuando hay comicios electorales.