La oposición francesa al “matrimonio homosexual” cuenta hasta con el apoyo del líder de una asociación de homosexuales.

 

 

Varias ciudades francesas (París, Lyon, Rennes, Metz, Nantes, Dijon, Bordeaux, Marsella y Toulouse) albergaron durante este último sábado una serie de manifestaciones contra la decisión del Gobierno de Francia, bajo el control del Partido Socialista de Francia, de legalizar las uniones civiles matrimoniales entre personas del mismo sexo. La más multitudinaria de todas fue la de la capital, París, donde la organización ha cifrado el número de asistentes en 200.000 mientras que las fuerzas policiales lo han hecho en 70.000 personas.

Pero, al margen del debate sobre las cifras, estas manifestaciones están mostrando la oposición de la sociedad francesa al proyecto de ingeniería social perseguido por el actual Gobierno de Francia. Y es que no sólo ha sido la Iglesia Católica el único colectivo en mostrar su más firme rechazo a este proyecto: además, personas de otras religiones, de la izquierda política y hasta de colectivos homosexuales se han unido para mostrar su oposición a que la unión civil entre dos personas del mismo sexo sea considerada un matrimonio y a que de éstas uniones se pueda constituir algo que pueda definirse como familia.

Quizá el ejemplo más interesante de todo lo explicado sea el de Xavier Bongibault, líder de la asociación “Plus gays sans marriage (Más gays pero sin matrimonio)”, quien en nombre de su grupo ha declarado lo siguiente: “Creemos que un niño necesita un padre y una madre para evolucionar correctamente”. Bongibault, que asegura que no está solo “al considerar que un niño tiene necesidad de un padre y de una madre”,denunció igualmente que los homosexuales se encuentran “secuestrados por una minoría de activistas sectarios que obligan a callar a la gran mayoría de homosexuales” y ha acusado al Presidente de la República Francia, Francois Hollande, de utilizar el matrimonio homosexual como una “cortina de humo” para ocultar “su incapacidad para responder a las auténticas urgencias”.