El Arzobispado de Toledo cerró el balance del año 2011 con unas pérdidas de 412.372 euros.

El Arzobispado de Toledo ha cerrado su balance presupuestario del año 2011 con un déficit del 3,8%, con pérdidas de 412.372 euros, tras haber tenido 11,1 millones de gastos y 10,7 millones de ingresos.

Tal y como expuso públicamente el arzobispo de Toledo, Don Braulio Rodríguez, las partidas más significativas de los gastos han sido las acciones pastorales y asistenciales, de unos 2,6 millones de euros; la conservación de edificios y los gastos de funcionamiento, de casi 2,3 millones de euros, de los cuales 2 millones han sido destinados a devolver los préstamos bancarios. Otros 3,8 millones se destinaron a pagar los sueldos de sacerdotes y religiosos.

Como curiosidad, el arzobispo comunicó que Cáritas Diocesana en Toledo terminó con un déficit de 600.000 euros; asegurando que, pese a la gran obra social que realiza la Iglesia Católica en este aspecto, “Cáritas no puede resolver los problemas de España”.

Como puede comprobarse, la Iglesia Católica no acumula las enormes reservas de oro puro que aseguran algunos de sus detractores sin otro objetivo que el de dañar la imagen de esta institución con una propaganda simple y demagógica.

Efectivamente, la Iglesia Católica podrá manejar mucho dinero, pero cada euro de esas cantidades está más que justificado en su labor de ayuda al prójimo (la que es incapaz de llevar a cabo el Estado y las demás instituciones públicas a través de la creación de un sistema económico justo), la formación académica de los jóvenes (aquella desarrollada por la Iglesia Católica a través de sus instituciones para suplir la falta de plazas en la educación que no es capaz de cubrir el Estado a través de la enseñanza pública) y la predicación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo (la principal y más importante labor de todas las realizadas por la Iglesia Católica).