Los piques entre los diversos políticos profesionales a lo largo de la provincia de Toledo continúan, amparándose en diversos sucesos.

El Ayuntamiento de Toledo, por medio del concejal Rafael Perezagua, ha asegurado que el transporte urbano no puede hacerse cargo del traslado de los niños y jóvenes residentes en las urbanizaciones de Valparaíso, La Legua y Vistahermosa porque esa sería una competencia del gobierno autonómico, concretamente de la Consejería de Educación. Además, desde el Ayuntamiento de Toledo se acusa al gobierno autonómico de utilizar este problema para “atacar políticamente” el segundo al primero.

 

Viendo como funciona la política profesional, no vamos a ser nosotros (por muchas discrepancias que tengamos con los dos partidos políticos mayoritarios) quienes vengamos a anunciar lo que ya sabe todo el mundo: el gobierno autonómico muestra más apoyo y colaboración a los ayuntamientos gobernados por su mismo partido que a aquellos que se encuentren bajo el gobierno de la oposición.

 

Sin embargo, reconociendo abiertamente que el PP de Castilla La Mancha está utilizando su poder autonómico para oponerse en algunos aspectos al Ayuntamiento de Toledo gobernado por el PSOE, a los miembros del PSOE no les vendría mal recordar que recientemente han utilizado el caso de los peces muertos de la localidad toledana de Villafranca de los Caballeros para arremeter contra el PP que gobierna en ese municipio; de la misma manera, recientemente se ha vivido en la localidad toledana de Los Yebenes un pequeño incidente de índole sexual protagonizado por una concejal del PSOE que grabó un video para su marido y que acabó siendo lo más visto por vecinos de dicha localidad y de otras cercanas, situación que ha provocado que desde el PSOE de Los Yebenes se acuse al PP de la localidad de estar detrás de todo lo sucedido.

 

Desgraciadamente, tanto PSOE como PP como están convirtiendo la política, que debería ser una actividad noble de servicio a la comunidad, en una especie de prensa rosa. En lugar de proponer soluciones a los problemas de los españoles, muestran más preocupación en hacer partícipes a éstos de los problemas y rencillas existentes entre uno y otro de los partidos políticos mayoritarios. Y al final, lo único que sucede es que los españoles pierden más tiempo defendiendo la inutilidad de la labor de los partidos políticos en lugar de estarse preocupando de cómo son esos partidos políticos los responsables de los problemas de España.