Ahora, más que nunca, no hay que creer las palabras de Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre.

En el Partido Popular son expertos en ofrecer una imagen y actuar luego de manera distinta. Esa faceta de la política profesional la dominan como nadie. Y, como ya sucedió con el tema del aborto, vuelven a defraudar a muchos de sus votantes con aquello relacionado con la lucha antiterrorista, especialmente por lo sucedido recientemente con el terrorista Josu Uribetxeberria Bolinaga, que recibirá la libertad condicional a la espera de lo que suceda tras un recurso presentado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Lo más llamativo de todo esto es que los mismos miembros importantes del Partido Popular que ya han mostrado sus discrepancias con la postura mantenida respecto al aborto, Jaime Mayor Oreja y Esperanza Aguirre, vuelven a ser los mismos que salen lo más deprisa posible a expresar a la sociedad española que ellos no comparten la postura mantenida por el Gobierno del Partido Popular ante el asunto de Uribetxeberria.

Sólo tenemos una pregunta para estas personas: si tan en contra están de las medidas que toma su partido, ¿por qué razón continúan siendo miembros y cargos del Partido Popular? ¿Por qué no abandonan esa formación y se afilian a otra donde verdaderamente se defiendan aquellos principios morales y políticos que aseguran defender ellos mismos?

Ya está todo muy visto. Ni Mayor Oreja ni Aguirre abandonarán el Partido Popular; de la misma manera, el Partido Popular seguirá siendo un cómplice del crimen del aborto y de las cesiones del Gobierno al terrorismo de ETA. Y todo porque los dos personajes mencionados van a ingresar mucho más dinero, además de contar con más influencias personales para ellos mismos y para su entorno familiar y afectivo, formando parte de las filas del Partido Popular que de cualquier otra formación sin cargos públicos pero con principios morales y políticos de verdad.

Ante estas evidencias, que hacen que por fin muchas personas se desengañen acerca de cómo es el Partido Popular, no podamos más que evitar recordar con alegría que en ningún momento hemos manchado nuestras manos de sangre al apoyar electoralmente a este partido político. Ya únicamente podemos recordar a los españoles que si les engañan una vez no es culpa suya, pero cuando lo hacen continuamente sí.

Que quede bien claro de una vez: el Partido Popular no defiende el derecho a la vida de los no nacidos, como tampoco defiende la religión católica, la unidad de España, la soberanía política y económica de nuestra nación, la lucha real contra el terrorismo, los derechos sociales…