Los resultados de las pasadas elecciones
autonómicas y municipales y los posteriores pactos tienen muy preocupados a los
máximos responsables de la economía española. Los líderes de las empresas que
forman parte del Ibex 35 están atemorizados por el giro político que ha sufrido
España y cargan, sobre todo, contra el secretario general del PSOE, Pedro
Sánchez, al que consideran máximo responsable de que la izquierda radical y
populista alcance el gobierno en ayuntamientos y comunidades de gran
trascendencia para la recuperación económica de España.
La Gaceta / Durante el Consejo Empresarial de Competitividad
(CEC) celebrado el martes 16 de junio, los empresarios españoles analizaron con
minuciosidad los cambios producidos en el mapa político español y debatieron
sobre la repercusión que puede tener para el crecimiento económico la presencia
de Podemos en muchos gobiernos considerados clave.
César Alierta, presidente de Telefónica, fue
el anfitrión del acto, que se celebró en la sede de la compañía de
comunicaciones. Después de valorar el nuevo panorama político, como adelanta
elconfidencial.com muchos de los empresarios del CEC criticaron con dureza la
decisión del PSOE de pactar con Podemos y sus partidos satélites en ciudades
claves como Madrid, Valencia o Barcelona, las tres capitales con mayores
presupuestos y que más ingresos proporcionan a las empresas que forman parte
del Ibex 35.
El centro de las dianas fue el propio Pedro
Sánchez, al que se acusó de entreguismo respecto a Podemos pese a que antes de
las elecciones había tranquilizado al empresariado al señalar que “nunca
pactaría con el populismo”.
Los principales empresarios españoles creen
que Pedro Sánchez no ha obrado como un político de Estado y ha actuado de
manera partidista y pensando sólo en sus intereses y los del PSOE. Para los
presidentes de las principales empresas nacionales, la actitud de Pedro Sánchez
es considerada una traición y consideran que puede causar un daño irreparable a
una economía española que empieza a repuntar con fuerza.
Uno de los empresarios más críticos con el
máximo responsable de los socialistas fue Francisco González, presidente del
BBVA, que ha mantenido que “las alternativas populistas no llevan a ninguna
parte”. El banquero considera buena la alternancia política porque “evitan el
enquistamiento”, pero estas alternativas de poder “deben ser buenas y no provocar
el efecto contrario, ya que las promesas inviables acaban pasando factura”.
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