lunes, 27 de febrero de 2012

Un delegado de Derecho a Vivir responde a los argumentos abortistas.





Antonio Martín Muñoz, delegado en Granada de Derecho a Vivir, analizó en el IV Encuentro Nacional de voluntarios y delegados de Derecho a Vivir los principales argumentos y tópicos para justificar el crimen del aborto. Reproducimos sus palabras de manera exacta a la que han hecho los compañeros de Infocatólica:

“No se puede asegurar de forma objetiva cuándo empieza la vida humana”. La propia Bibiana Aído señaló que “un feto de 14 semanas es un ser vivo, pero no un ser humano”. La comunidad científica internacional, y así lo admiten también numerosos partidarios del aborto, afirma y ha demostrado que la vida empieza en el instante de la fecundación, cuando adquiere una carga genética única e irrepetible, distinta a la de la madre, a la del padre, que se mantendrá inalterable durante toda su vida.

La eugenesia: “El feto sufre malformaciones”. La eugenesia pretende la selección de individuos de la especie para perfeccionarla. Si el niño tiene malformaciones, ¡le ayudamos!, pero en ningún caso acabaremos con su vida. Nade nos garantiza además que ese niño sea menos feliz que cualquiera de nosotros. Su vida y la nuestra tienen igual dignidad. Los graves efectos y las atrocidades a los que se llega tratando de justificar la eugenesia se observa hoy en países como China, donde la política del hijo único impuesta por la dictadura comunista para garantizarse el control poblacional, que incluye el aborto forzoso y la selección fetal ya no en base a malformaciones sino por razones de sexo, primando al varón sobre la mujer, que ha visto reducida su tasa de nacimientos en los últimos años en un 20 por ciento.

Sufrimiento fetal. “No es más que un montón de células y no se entera de nada” . Se ha demostrado que el feto siente dolor e incluso miedo desde la semana octava de gestación –lo que además no quiere decir que no lo sufra antes-. Están documentados numerosísimos casos de sufrimiento fetal durante los abortos. La ley permite el aborto libre hasta la semana 14 de gestación, y hasta la semana 22 en el caso de malformaciones fetales: ¿es que acaso ese feto “con algún defecto” empieza a sufrir más tarde que un feto “normal”?

“Es mi vida, mi cuerpo, mi decisión”. El no nacido no es parte de la madre: vive en ella, pero también por ejemplo, de hecho, se puede implantar un óvulo fecundado en otra mujer. La información genética del nuevo ser surgido tras la fecundación (ADN) es distinta a la de la madre y a la de cualquier otro ser humano, es única e irrepetible y será la misma hasta la muerte natural del ser humano. La decisión de suponer de una vida humana no le corresponde a nadie, tampoco a su madre.

“La salud y la libertad de la madre está por encima de la vida del hijo”. Argumento falaz y peligroso, pues al final a lo que lleva es a la conclusión de que una vida humana es más valiosa que otra por determinadas circunstancias subjetivas, propia de la ideología que las inspire: judíos en el caso del nazismo; homosexuales; ancianos; enfermos; mujeres al valorar más a los varones… El aborto no supone además menos riesgos que el embarazo y el parto, y en cambio está demostrado que sí genera más secuelas en la mujer (síndrome postaborto), mientras que al hijo le quita la vida.

“Aborto sí, cuando sea en las primeras semanas de embarazo”. No hay ningún argumento para justificar el embarazo en la semana 14, como ocurre en la actual ley española, por ejemplo, y no en la quince. ES una pura arbitrariedad aludir al desarrollo fetal para justificar el aborto, pues no ocurre nada específico en el feto ese momento para considerar que su vida vale más a partir de ese momento. El ser humano es el mismo en todas las etapas de gestación, y será el misma que se desarrollará tras el nacimiento, hasta la muerte natural.

“Nadie debe imponer sus creencias a los demás, y la madre tiene derecho a decidir”. El feto no es la madre, es un ser distinto a ella, que vive en ella pero que es único e irrepetible, con su propio ADN que será el mismo en todas las etapas de su vida. El aborto no es un tema religioso, ni ideológico, ni de opinión de cada cual, tampoco de actitudes (yo creo que, yo pienso que…), sino de respetar la naturaleza y toda vida humana. La defensa de la vida no debe estar condicionada por las ideologías políticas o de partido, ni por los grupos sociales: la vida es anterior y superior a la política y a las propias leyes.

-elmunicipiotoledo- considera las respuestas de Antonio Martín como muy sensatas y acertadas, recordando que la lucha por la defensa de la vida humana y de los no nacidos es algo que trasciende el tema meramente político o social, porque supone un punto de inflexión que marca hasta dónde está dispuesto a ceder un individuo de nuestra sociedad a la hora de valorar el derecho a la vida y a la existencia.


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