domingo, 6 de noviembre de 2011

Andaluces de Jaén - Paco Ibañez.





ANDALUCES DE JAÉN





Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?



No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.


Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.



Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.



Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?



Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.



No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.



Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.



¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!



Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?



Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.



Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.




Poema original de Miguel Hernández

1 comentario:

deolavide dijo...

AMANECERÁ MAÑANA
A mis paisanos y amigos de Jaén
Siempre en mi recuerdo.

Alba
-raso y frío –
de diciembre.

Una cuadrilla
baja
-antaño, piedra y estiércol –
la calle.
- hoy, cemento y grasa -

Tallos con rocío.
Silencios con ecos de distancia
- nostalgia sin memoria –

En el campo, aromas
de jamila y savia.

El Land Rover del amo
les espera en la plaza.

No oirá el camino sus cantes.
Cantes sin ritmo ya, sin sustancia.
-lluvia sin agua-

Por entre olivas dobladas llegarán
al hato
-talegas colgadas-
vacío de mulas y albardas.
-olvidadas ambiciones-

El corazón en la olla.
La mirada en la mujer.
En el árbol varean la esperanza.
-sangre de mi pueblo
sobre la estéril lona derramada-

Migas con chorizo
para mediar la jornada.

Al caer la tarde
-frío y raso-
El Land Rover del amo
les devolverá a la plaza.
-bajo la lona huele, aún,
a tierra mojada-

En el altozano, llora una niña.
La oscuridad la espanta.
Calla hija:
Amanecerá mañana.
-Hoy, la noche no descansa-

En el campo
-aún-
aromas
de jamila y savia.

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