Monseñor Munilla, obispo de San Sebastián, manifiesta que el final de ETA debe conseguirse mediante la conversión de los corazones.

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, considera que el fin de ETA en las provincias vascas necesita de la conversión de los corazones como paso fundamental para poder hablar de una paz auténtica, ya que ésta no puede nacer de meros pactos políticos.

En unas reflexiones en la carta pastoral «Dejarnos conducir por Él», que se han presentado hoy domingo en las parroquias guipuzcoanas, asegura que uno de los retos es lograr la comunión interna de la Iglesia en Guipúzcoa.

“Nos sentimos llamados a acompañar a las víctimas que sufren y ofrecemos en Evangelio consuelo y medicina para todos”, ha señalado Munilla, quien sitúa como “reto más inmediato”de la Diócesis el de la “comunión interna”, en referencias a las críticas por su nombramiento en el año 2009 como obispo de San Sebastián.

Munilla también ha mencionado los medios para lograr la propia conversión la oración, las obras de caridad, la penitencia y el sacrificio, y el sacramento de la Eucaristía y de la reconciliación.

Según Munilla, el influjo negativo de la secularización de la sociedad ha abierto cuatro heridas: materialismo intrascendente (egoísmo cuyo origen se encuentra en la avaricia del hombre), cultura de la superficialidad (el predominio de una vivencia de la sexualidad como un mero instrumento de placer), relativismo (negación de la existencia de cualquier verdad objetiva, como consecuencia práctica de la negación de Dios) y laicismo anticlerical (práctica sectaria y partidista de ciertos colectivos de nuestra sociedad).

Por último, ha hecho un llamamiento a agentes sociales, instituciones y administraciones a ocuparse de los más desfavorecidos y una apelación a la estabilidad familiar como base de un buen desarrollo para la madurez del ser humano.

-elmunicipiotoledo- quiere manifestar su más firme apoyo a las palabras del obispo Munilla, considerando sus miembros que esos problemas de nuestra sociedad son los mismos que desde esta página venimos denunciando durante muchos meses. Nuestra sociedad está en un grave estado de enfermedad y la recuperación de nuestros tradicionales principios cristianos es lo único que puede devolver la esperanza a un pueblo agotado y anestesiado por la mentalidad materialista.