martes, 18 de marzo de 2014

Miguel Argaya Roca entrevistado por elmunicipio.es (I parte)


“Si al hablar de “estética falangista” se refiere a la camisa azul, el brazo en alto y los actos públicos paramilitares, me parece que hoy son más un obstáculo que un medio de ganar adeptos y simpatías. Pero si, como debe ser, hablamos de “estética falangista” como un “estilo”, es decir, como la expresión exterior de una previa ética interna falangista, entonces no me cabe duda de que no supondría obstáculo alguno, sino al contrario, un poderoso y atractivo acicate para el acercamiento de la juventud actual a la figura de José Antonio” Miguel Argaya Roca.

Miguel Argaya Roca: valenciano (1960), historiador, ensayista, poeta, crítico literario, profesor, Maestro, caballero legionario; joseantoniano, de quién ha escrito “Entre lo espontáneo y lo difícil” (Apuntes para una revisión de lo ético en el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera) Ediciones Tarfe, 1996. Oviedo-Asturias-España. Trabajo del que Stanley Payne ha dicho: “Creo que es lo mejor que se ha escrito sobre el tema”. Destacamos también obras suyas como:
“Los viejos postulados de la Nueva Derecha”. El fascismo en la era posmoderna. Círculo Nuevo Criterio, La Coruña, 1998. “Los fundamentos de la Falange”. Falange Española de las JONS. 2000. “Historia de los falangistas en el franquismo”. Plataforma 2003, Madrid 2003. “La España por venir: una interpretación histórica de España”. Visión Libros, Madrid 2006.

Ha realizado más de cincuenta entradas en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia.

Su obra poética es extensa; funda y dirige la revista de literatura “Omarambo” (1989-1992) en Talavera de la Reina (Toledo). En 1998 funda y codirige la revista “Norma” de poesía y pensamiento, reivindicando la recuperación de una poesía humanizada. Títulos como “Luces de Gálibo” (1990). “Geometría de las cosas irregulares” (1992). “Carta triste a Jorge” (1993). “Curso, caudal y fuentes del Omarambo” (1997). “Laberinto de derrotas y derivas” (1999). “Pregón de trascendencias” (2000). La Ciudad El Deshielo La Palabra (2007). Merecen ser leídas y sobre todo sentidas.

Miguel Argaya ha respondido a nuestras preguntas, como él sabe hacerlo, con rigor, precisión y gran generosidad en concedernos su tiempo y su saber. Estas son las respuestas a nuestras preguntas:

1.-elmunicipio.es- Se dice que José Antonio Primo de Rivera fue, entre otras cosas, un señorito fascista totalitario, un antidemócrata ultraderechista, un violento golpista amigo de Franco, un político conservador fundamentalista, un nacionalista racista e imperialista, un antimarxista amigo de los capitalistas,…¿Ud. qué dice de todo esto? ¿Quién es para Ud. José Antonio Primo de Rivera?

Miguel Argaya.- Creo que existe un desconocimiento total sobre la figura de José Antonio debido sobre todo a la desinformación de muchas décadas. Está claro que interesaba e interesa a los grupos de presión dominantes, sean de derecha o de izquierda, desvirtuar la imagen de un hombre que se planteó su vida política desde la coherencia personal más absoluta y desde el deseo de romper el torticero juego dialéctico que sostiene al Sistema. Pero creo que la responsabilidad de la falsificación también se debe a la desidia de los propios seguidores joseantonianos, envueltos siempre en refriegas y conspiraciones internas e incapaces por tanto de romper ese cerco.

2.-elmunicipio.es – ¿La estética falangista de los tiempos fundacionales, de la que tanto se abusó superficialmente en el Régimen franquista, en qué medida es hoy un obstáculo para la comprensión de la Falange fundada por José Antonio y de la transmisión de sus verdaderos postulados doctrinales?

Miguel Argaya. – Si al hablar de “estética falangista” se refiere a la camisa azul, el brazo en alto y los actos públicos paramilitares, me parece que hoy son más un obstáculo que un medio de ganar adeptos y simpatías. Pero si, como debe ser, hablamos de “estética falangista” como un “estilo”, es decir, como la expresión exterior de una previa ética interna falangista, entonces no me cabe duda de que no supondría obstáculo alguno, sino al contrario, un poderoso y atractivo acicate para el acercamiento de la juventud actual a la figura de José Antonio. La pena es que ese “estilo” de vida no se deja ver en demasía. Los falangistas somos todos -yo incluido- muy miméticos de la estética del Sistema. Queremos hacernos visibles, y a la vez camuflarnos. Nos quejamos continuamente de los valores del Sistema pero nos envolvemos pasivamente en ellos. Nos gusta jugar a ser “antisistema”, pero nos gusta que el Sistema nos quiera… y que nos lo diga. Lo cierto es que, para ser “antisistema” hay que recibir el desprecio del Sistema… y asumirlo.

3.-elmunicipio.es – ¿Son compatibles, en sus rasgos esenciales, la doctrina expuesta por José Antonio Primo de Rivera con la de sus contemporáneos Mussolini y Hitler? ¿Cuáles son las diferencias fundamentales con ellos?

Miguel Argaya. – Ya he hablado de ese tema alguna vez. Rotundamente, no cabe compatibilizar la teoría política de José Antonio con la del fascismo italiano, y mucho menos aún con la del nacional-socialismo alemán. Las diferencias son de base filosófica. Por ejemplo, la idea de la dignidad del hombre como persona, que para José Antonio es esencial, mientras los fascismos renuncian no ya a la persona, sino al mismo individuo. “El individuo ha muerto”, dice un conocido texto de Mussolini. Otra diferencia es en cuanto a la manera de entender el Estado, puramente instrumental para José Antonio y totalitario para los fascismos. “Nada sobre el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”, es otro famoso lema mussoliniano. La tercera diferencia estriba en el modo de acercarse al catolicismo. Para el fascismo, la Iglesia es una institución meramente tolerada en cuanto que sirva a los intereses del Estado; en José Antonio, todo su programa revolucionario está cimentado en la catolicidad, y esta -como todo el mundo sabe- no es solo un depósito de dogmas, ritos y valores, sino la adscripción a la Iglesia en la persona del obispo de Roma.

4.- elmunicipio.es - ¿Fue el Régimen franquista el que llevó a cabo la revolución que preconizaba la Falange de José Antonio Primo de Rivera?

Miguel Argaya. – El Régimen franquista no pudo llevar a cabo la revolución joseantoniana ni la llevó a cabo porque era un conglomerado diverso de grupos unidos solamente en su rechazo al caos frentepopulista. Franco, que no era falangista ni lo había sido nunca, supo sacar partido a la ingenuidad y al ardor combativo de los seguidores joseantonianos para hacer una España tradicional y conservadora, pero económicamente liberal. No se le puede echar en cara. Más bien hay que reprochárselo a los albaceas ideológicos de José Antonio, incapaces de ponerse de acuerdo ni en lo más pequeño.

5.-elmunicipio.es – ¿Podemos afirmar, entonces, que la sociedad, el Estado que proponía José Antonio Primo de Rivera está todavía inédito, que nunca ha sido una realidad?

Miguel Argaya. – Lo que está claro es que el Régimen anterior no representa en modo alguno ese modelo de Estado y de sociedad. Ceo que no ha habido otra ocasión para llevarlo a efecto. Las posturas de algunos falangistas actuales que miran con afecto y esperanza algunas revoluciones nacionales del cono sur de América me parecen temerarias y poco realistas. La izquierda, aun la extrema izquierda, es tan parte del Sistema vigente como la derecha más reaccionaria. Precisamente el motor del Sistema es la dialéctica, la alternancia constante entre esas dos posiciones. 

6.-elmunicipio.es – El ser falangista joseantoniano conlleva un estilo y una ética ¿Cuáles son los rasgos esenciales más definitorios según el pensamiento y el ejemplo de José Antonio?

Miguel Argaya. – Ya escribí algo sobre eso, y como todavía no he cambiado de opinión, me veo obligado a repetirme: hay una visión del ser humano como ser trascendente, es decir, compuesto de alma y cuerpo, portador de valores eternos; hay también un claro programa personalista con un sentido integrador del individuo; y la propuesta de una ética que está fundamentada en la católica pero incidiendo sobre todo en cuanto hay en ella de abnegación, servicio y sacrificio.

7.-elmunicipio.es ¿La idea del “hombre como portador de valores eternos” y la definición de Patria como “Unidad de destino en lo Universal” son conceptos originales de José Antonio o se encuentran en otros autores anteriores o contemporáneos de este?

Miguel Argaya. – Casi ningún concepto de casi ningún pensador es original al cien por cien. Sabemos que la idea joseantoniana de España como unidad de destino en lo universal tiene un claro precedente en la idea orteguiana de nación como “proyecto sugestivo de vida en común”. Sin embargo, la formulación joseantoniana es mucho más densa y más trascendente que la de Ortega porque incluye en la definición dos conceptos no siempre bien entendidos: la palabra “destino”, que supone que la idea original que impulsó el proyecto nacional español -la catolicidad reconquistadora y misional, evidentemente- no puede reinventarse ya que es el soporte constitutivo de España, y el término “en lo universal”, que hay que relacionar con la tesis también joseantoniana de nación como la ubicación histórica más adecuada para un pueblo que no quiera perderse entre las querencias físicas del terruño o en la evanescencia inasequible de la Humanidad. Respecto de lo de “el hombre, portador de valores eternos”, está claro que hay una influencia clara del Scheler católico, antes de perder la fe a mediados de los años veinte.

8.-elmunicipio.es – La “ley de amor” el “entendimiento de amor” el servicio como acto de generosidad y amor permanente que aparece en la base del pensamiento de José Antonio ¿Es solo una forma poética de expresarse o tiene una profunda etiología religiosa o ambas, qué opina Ud.?

Miguel Argaya. – Siempre me ha gustado esa referencia de José Antonio a la “ley de amor”, y me ha parecido entenderla en el sentido agustiniano más que en el de Pascal; es decir, más como cedazo de la pura acción cuando las urgencia de las circunstancias hace imposible la reflexión que como sustituto irracional de esta.  De ahí aquella frase tan intensa que corrige afectuosamente a Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende, sí, pero también la inteligencia tiene su manera de amar como acaso no sabe el corazón”.

9.-elmunicipio.es ¿Cree Ud. que los falangistas han entendido a José Antonio cuando hablaba de la “poesía que promete” frente a la “poesía que destruye”? ¿Por qué el falangismo es un movimiento poético? ¿Qué es la poesía para José Antonio Primo de Rivera?

Miguel Argaya. – El sentido que José Antonio da a la palabra “poesía” es un tanto ambiguo. Yo diría que con ella quiere representar metafóricamente el empuje y la alegría juveniles ante la acción revolucionaria. Por eso distingue entre “poesía que promete” y “poesía que destruye”, como queriendo decirnos que el mero fervor revolucionario no es necesariamente un valor, que puede ser incluso un antivalor cuando se ejerce con ánimo destructivo y sin acompañarlo de alternativas. También me gustaría decir que la composición de poesía, como género literario de creación, es algo intrínseco al estilo del falangista, pero temo que la realidad desmentiría esa afirmación. Llevo escribiendo poesía desde hace más de treinta años y solo he conocido a media docena de poetas falangistas vivos. Temo que al falangista le interesen en última instancia las mismas cosas que al que no lo es. Y vuelvo otra vez al principio de esta entrevista, cuando hablaba de la necesidad del falangista actual de “envolverse” pasiva y cómodamente en los valores y costumbres del Sistema.

10.-elmunicipio.es - Justicia y Patria, dos términos que pueden resumir el pensamiento joseantoniano ¿Qué peculiaridades, qué matices originales tienen estos conceptos en José Antonio que le diferencian del resto de pensadores?

Miguel Argaya. – La originalidad de José Antonio está precisamente en que no es capaz de separar ambos conceptos. Para José Antonio, no puede haber verdadera Justicia si se priva al ser humano de las condiciones de su arraigo, entre las que están inevitablemente la familia y la Patria; y no puede haber verdadera Patria sin Justicia, porque entonces la Patria se les aparecería a quienes viven en su seno como una madrastra maltratadora. Como dije una vez, una Nación puede no ser una Patria, igual que una familia puede no ser un hogar.

elmunicipio.es agradece a Dn. Miguel Argaya Roca su valiosísima colaboración y anuncia que en pocos días publicaremos la II parte tan interesante o más que esta primera.

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