El
pasado 24 de abril conmemoramos los CX años del nacimiento de José Antonio. Un
puñado de fieles a José Antonio -de todas las edades-, acudimos a la Misa
convocada en la Parroquia de Santa Barbara, en Madrid. “Santa Bárbara de la
Falange” como solía llamarla Ximénez de Sandoval. Y es que en esta Iglesia fue
bautizado José Antonio el 13 de mayo de 1903. Es también la Iglesia donde se
celebraron la mayoría de los funerales de nuestros primeros caídos.
Como bien resaltó el sacerdote oficiante, tanto en la monición de entrada como
en su homilía, aquella Misa era una Eucaristía de acción de gracias. Dábamos
gracias a Dios por José Antonio, por el ejemplo que nos dio y por todo lo bueno
que hizo por España. Resaltó también como murió perdonando a sus enemigos.
Pudimos ver a la derecha del altar la misma pila bautismal en que se bautizó
José Antonio, recibiendo los nombres de José Antonio María Miguel Gregorio.
Al finalizar la Misa nos desplazamos hasta la casa natal de José Antonio en la
calle Génova, donde ofrecimos cinco rosas bajo el Ángel Custodio de su lápida.
A continuación se cantó el Cara al Sol.
Ese día fue un día bonito, un día grande, uno de esos días en que te vas a
dormir y piensas que no puedes mas con tu alma. Pero todos nos sentíamos más
felices, a pesar de las incomprensiones, a pesar de la “saña de un lado y la
antipatía del otro”. Aunque no consigamos romper la “sordera pétrea”
de España. Y entonces, recordamos esta oración por España que José Antonio
recomendaba rezar todos los días: "Te ofrezco, España, la labor que voy a
hacer durante el día; para que te pongas en camino de ser perfecta; yo no
regatearé fatiga a mi tarea hasta acabarla con perfección."
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