La vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, y la secretaria general del Partido Popular, María
Dolores de Cospedal, encabezarán la delegación española de veinte personas que
acudirá este domingo a Roma con motivo de la declaración de San Juan de Ávila
como Doctor de la Iglesia Universal en una misa celebrada por el Papa Benedicto
XVI.
Sin intención de entrometernos en
la vida privada de estas dos mujeres, que únicamente les compete a ellas,
únicamente vamos a recordar la incongruencia manifiesta que significa que dos
personas que en sus actos cotidianos han demostrado estar en contra de lo
defendido por la Iglesia Católica (Sáenz de Santamaría está casada por lo civil
y Cospedal tuvo un hijo por inseminación artificial) sean las representantes de
una delegación que acude a una misa en honor de uno de los más conocidos teólogos
de la Historia de España.
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