Emiliano García-Page, alcalde de Toledo, ha realizado unas
recientes declaraciones bastante interesantes en referencia a la reforma de la
Ley del Aborto promovida por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón: “Cuando
alguien como el ministro Gallardón está diciendo que está en contra del aborto
está faltando a la verdad, porque si de lo que se habla es de hacer un análisis
religioso, la Iglesia Católica se opone a cualquier ley del aborto, incluida la
de Gallardón”.
Está claro que García-Page no ha dicho nada que no supiéramos ya,
y mucho menos nada que no se hubiera dicho y defendido en este blog. Una ley
abortista, la promulgue quien la promulgue, siempre será una ley abortista e
irá en contra de la doctrina de la Iglesia Católica, por lo que ningún creyente
católico puede reivindicar su condición y defender el aborto a la vez sin caer
en una grave incongruencia doctrinal.
Pero, por otra parte, tampoco podemos evitar apuntar a las
incongruencias demostradas por el propio Emiliano García-Page con su actitud.
¿Cómo se puede ser miembro de un partido abortista a la vez que se elogia y se
acude a la Semana Santa y al Corpus Christi de Toledo?
Está claro que todos los políticos profesionales de los partidos
mayoritarios son igual de hipócritas y de incongruentes, independientemente de
las siglas que defiendan. Y, como han demostrado sobradamente con la experiencia
de estos años, en el fondo son igual de abortistas (por lo que no estaría mal
que los responsables de la Iglesia Católica tomaran cartas en el asunto e
impidieran la presencia de esos individuos en actos católicos).
¡Ni aborto del PSOE ni aborto del PP!
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