Según
informa brevemente el portal Infocatólica, tres iglesias de la localidad
asturiana de Avilés sufrieron robos o intentos de robo en los últimos días.
Mientras que en la parroquia de San Juan de Ávila no consiguieron llevarse
nada, en la parroquia de San Nicolás de Bari robaron 600 euros y en la parroquia
de Santo Tomás de Cantorbery robaron 70 euros. En los dos casos donde sí
lograron efectuar el robo, el dinero sustraído era el destinado a las familias
con dificultades que son ayudadas por la Iglesia Católica mediante la obra
social de Cáritas.
La
Iglesia Católica, única organización que en España hace frente de manera
directa al avance de la pobreza material que sufren cada vez más miembros de la
sociedad, también sufre los efectos más negativos de la crisis. Y esto lo
decimos no como justificación de quienes han robado a la Iglesia, sino para
mostrar lo lamentable que es que quien se decanta por actuar así tenga que
hacerlo precisamente con la única organización que ayuda a los necesitados.
Esperemos, aunque no creemos que suceda, que los responsables del robo tengan
un mínimo de conciencia y devuelvan lo sustraído, aunque sea de manera anónima,
a las parroquias afectadas.
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