Cospedal, Bono y García-Page se deshacen en elogios a Santiago Carrillo.

 

 

Tres personajes políticos relacionados con la provincia de Toledo han salido públicamente a expresar su dolor por el reciente fallecimiento del conocido líder comunista Santiago Carrillo.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular y presidenta autonómica de Castilla La Mancha, ha considerado a Carrillo “uno de los referentes de la política española” y una “figura importantísima en la transición española, leal a sus principios y coherente con sus ideales, los cuales defendió siempre durante toda su trayectoria política”.Como se puede ver, Cospedal ha mostrado gran estima por un individuo del cual ha asegurado que “con sus actos y decisiones contribuyó en los años 80 a fraguar la reconciliación nacional”.

Pero desde el PSOE tampoco se han quedado cortos. José Bono, ex presidente autonómico de Castilla La Mancha, ex ministro de Defensa y ex presidente del Congreso de los Diputados, ha recordado a Carrillo como “un español excepcional” a quien “España debe estarle agradecida a él y a tantos comunistas que entregaron su vida por la libertad que no pudieron disfrutar”. Por su parte, Emiliano García-Page, alcalde de Toledo y secretario general del PSOE de Castilla La Mancha, ha compartido la opinión de José Bono al asegurar que “el país en su conjunto le tiene que estar agradecido”.

Todo este tipo de declaraciones eran de esperar, pero nos gustaría saber si Cospedal, Bono y García-Page son conscientes de lo que significa ensalzar a Carrillo por la lealtad a sus ideas, ya que no debe olvidarse que fue responsable de una de las mayores matanzas producidas durante la Guerra Civil Española en 1936. Esa persona, al contrario de lo que quieren hacer creer los medios de comunicación, jamás luchó por la libertad de nadie y España no tiene por qué agradecerle nada; al revés, la nación española debería rechazar rendirle homenajes y debería tener en cuenta la forma en que ese señor quiso posicionar a la República del entonces Frente Popular en el entorno ideológico y político del genocida Stalin.