A continuación reproducimos la
carta pastoral firmada por el obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, obtenida
de la página web de la diócesis de Ciudad Real y con la que compartimos gran
parte de su contenido:
No me toca a mí juzgar de la
conveniencia o no, en el aspecto técnico y jurídico, de una Ley en un momento
determinado en el que la sociedad entera está amenazada por una Crisis global
sin precedentes en la historia humana. Los ciudadanos de la calle no tenemos
elementos de juicio suficientes para dar una opinión técnica en temas cada vez
más complejos. En estos momentos, nos hemos de fiar de las instituciones que
deben entender de problemas de tan gran magnitud. Por esto, les debemos exigir
a dichas instancias políticas, sindicales, empresariales, financieras y a los
distintos colectivos de expertos que actúen con responsabilidad y, si siempre
tenemos todos la obligación de construir el bien común, anteponiéndolo a
intereses particulares, ahora más que nunca corresponde mayor obligación al que
más puede.
Dicho esto, de lo que sí estamos
en condiciones de juzgar es de la bondad o maldad de una Ley que rebaja
claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores,
y lo peor es que llevamos muchos años ya de nuestra democracia donde siempre
los perdedores en el concierto social, repito, siempre, son los mismos y
siempre los más débiles.
Nadie habla de provisionalidad en
las medidas que se están tomando, luego lo que se quiere hacer es establecer un
"mercado de trabajo" en el que los empleadores hagan y deshagan a su
antojo, olvidando que el "empleado" posible es, ante todo y sobre
todo, "persona" a la que otros han dado la vida, la han educado,
tiene necesidades básicas: familiares y sociales, no es una mera fuerza de
trabajo que se admite o despide unilateralmente y durante un largo periodo de
tiempo, pues, en un año de provisionalidad en el empleo (esto es lo que dice la
Ley), puede ocurrir de todo, desde una gripe a un suceso familiar al que hay
que atender antes que a cualquier otra urgencia de la vida de la empresa. Las
personas no somos tan flexibles, tan elásticas, como nos quieren hacer creer.
¿De verdad no hay otras soluciones
para crear puestos de trabajo? Parece mentira que a día de hoy tengamos que
echar mano de usos del pasado que trajeron tanta injusticia y explotación a los
trabajadores. Con estas medidas y sin meterme a profeta, se van a conseguir los
mismos frutos de un pretendido bienestar, hasta es posible, pero no habremos
avanzado nada en que el trabajador se sienta realizado con su trabajo y le
sirva para llevar una vida estable y sin sobresaltos; que haga posible la
familia, la educación de los hijos, el tejido social compacto y fuerte que hace
personas y países fuertes para soportar las inclemencias de las coyunturas
históricas.
Y, si no queda más remedio que
aplicar hoy estas medidas, ¿no han de ser complementadas por otras en las que
lo central sea la vida de las personas? ¡Tantos avances tecnológicos para esto!
Da la impresión de que las sociedades desarrolladas van a ser las que más poder
concentren en menos manos y esto no se corresponde con las aspiraciones de una
sociedad democrática avanzada. Los jefes políticos europeos toman sus medidas
por vía de urgencia sin apenas contar con los parlamentos respectivos; los
poderes financieros se están concentrando en muy pocas manos. No sé si es muy
descabellado pensar que, en el río revuelto de la Crisis, están pescando los
más poderosos sin contar con la opinión de la sociedad.
Elevemos nuestras oraciones para
que Dios nuestro Señor cuide de los más perjudicados de esta malísima situación
que ya cuenta en nuestra España con más de once millones de pobres.
Vuestro obispo,
+ Antonio.
+ Antonio.
En lo que discrepamos abiertamente
es en el término “mercado de trabajo”, principalmente porque consideramos que
el ser humano no es ninguna mercancía que pueda ofertarse o traspasarse al
mejor postor como si de un bien mueble se tratara. No obstante, disculparemos
el error del obispo de Ciudad Real porque, desgraciadamente, es un término muy
extendido a causa de la visión económica del “libre mercado” que impera en la
sociedad occidental contemporánea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
-elmunicipiotoledo- no se hace responsable de los comentarios de sus lectores. -elmunicipiotoledo- se reserva el derecho de arbitraje y censura. Se ruega que los comentarios no se realicen de forma anónima.
Contacto: elmunicipiotoledo@hotmail.com