A
comienzos del mes de marzo entró en vigor en la localidad de Fuensalida
(Toledo) la jornada laboral de treinta y siete horas y media para los empleados
del Ayuntamiento, medida que previamente se había comenzado a aplicar en el
Ayuntamiento de Toledo y que busca cumplir el Real Decreto promulgado por el
Gobierno de España para corregir el déficit público en materia presupuestaria,
tributaria y financiera.
Todas
estas medidas de reducir sueldos y aumentar horarios a trabajadores públicos
podrán ser más o menos acertados, pero no podemos evitar preguntarnos por qué
siguen siendo intocables los privilegios de la clase política,
independientemente del partido al que pertenezcan.
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