Benedicto XVI asegura que la defensa del matrimonio es una cuestión de justicia.

Benedicto XVI ha asegurado ante los obispos de Estados Unidos que “es cada vez más evidente que una apreciación debilitada de la indisolubilidad de la alianza matrimonial y el rechazo generalizado de una ética responsable y madura sexual basada en la práctica de la castidad, han dado lugar a graves problemas sociales que llevan un inmenso costo humano y económico”.

El Papa ha vuelto a definir al matrimonio como “institución natural, que consiste en una determinada comunión de personas, esencialmente basada en la complementariedad de los sexos y orientada a la procreación”, recordando que “las diferencias sexuales no pueden ser tomadas como irrelevantes para la definición de matrimonio” y denunciando a los numerosos colectivos que pretenden crear “alternativas” artificiales a una institución natural.

El Santo Padre también ha recordado a todos los católicos el deber que su condición les impone para defender los principios de la doctrina de la Iglesia Católica: “La defensa de la institución del matrimonio como una realidad social es en última instancia una cuestión de justicia, ya que implica salvaguardar el bien de toda la comunidad humana y los derechos de los padres y niños por igual”.

Como siempre, opinamos igual que Benedicto XVI, por la sencilla razón de que somos católicos y él es el mayor cargo jerárquico de la Iglesia Católica y, por lo tanto, muy preocupante sería que tanto los fieles de base como los encargados de representar a la institución y asegurarse de la defensa de sus principios discreparan o no fueran conscientes de lo que el catolicismo supone para sus miembros y lo que deben hacer éstos para evitar desviaciones o errores doctrinales.

Centrándonos en el tema, volvemos a recordar que el matrimonio es una institución surgida de forma natural tras la unión entre un hombre y una mujer con el objetivo de perpetuarse mediante los futuros hijos que nacerán de dicha relación. Por lo tanto, por esa razón tan sencilla no se puede hablar de otros “modelos” de familia, porque la familia surgida del matrimonio sólo puede ser una, la que surge de un hombre y una mujer.