El Santo Padre Benedicto XVI declaró que existen 4 principios que son INNEGOCIABLES en política para un católico, siendo el primero de ellos el respeto a toda VIDA humana, desde su concepción y hasta su muerte natural. Como católicos, no podemos conculcar el primer derecho del Orden Natural, aun cuanto de ello derivasen múltiples beneficios económicos y de toda índole para toda la sociedad.
Cuando en 1985 los políticos debatían sobre la ley de despenalización del aborto en España, la inmensa mayoría de la sociedad estaba radicalmente en contra. Este es el motivo por el que en España el aborto JAMÁS dejó de ser un delito hasta el 2010, porque lo único que los políticos consiguieron arrancar a la sociedad española de aquél entonces (y aun eso, con engaños y con encuestas absolutamente tergiversadas) fue que las mujeres que abortasen bajo los expresos supuestos de violación, peligro de muerte y/o terribles malformaciones del feto, no fueran a la cárcel). El PP se declaraba por aquel entonces, claramente contrario a todo aborto.
Una vez establecido el marco legal del aborto, el PSOE primero y posteriormente el PP, permitieron que una Ley que el pueblo rechazaba en su inmensa mayoría y que solo aceptó por imposición, se convirtiera de facto en una Ley de aborto libre. De ahí que aun teniendo hasta hace poco más de un año leyes de despenalización del aborto casi calcadas, en Polonia solo se realicen unos pocos cientos de abortos legales al año y por el contrario en España, fuesen más de 100.000 abortos anuales.
Los Gobiernos del PP no propiciaron una reducción en el número de abortos. Al contrario, su repugnante connivencia con los negocios abortistas y sus infanticidios (pues también durante la era Aznar se realizaban impunemente abortos incluso de ocho-mesinos y por nacimiento parcial) anestesió las conciencias de sus votantes y de la ciudadanía en general, consiguiendo que la práctica abortista se extendiese entre buena parte de su propio electorado.
Ya en vísperas de la nueva Ley del aborto de Zapatero, el diário ABC del día 4 de febrero del 2009, publicaba una encuesta en la que se aseguraba que el 49% de españoles rechazaba la nueva Ley del Aborto que sólo un 14% de los españoles la aprobaba. Aun así, el PSOE sacó adelante e impuso a todos los españoles, su aberrante Ley del “derecho” al aborto. Frente a esta nueva Ley, la posición del aparato del PP ha variado y es ya abiertamente abortista y partidaria de mantener la Ley coladero del aborto de 1985, con sus escalofriantes más de 100.000 abortos anuales.
Pero la realidad es que actualmente el 80% de las bases del PP están a favor de la restricción severa de las prácticas abortivas. Sorprendentemente, el PP defiende hoy la Ley socialista a la que en su día se enfrentó. Es más, el PP de Mariano Rajoy ni tan siquiera defiende ya la retirada de la nueva Ley; se conforma con modificar “el que las niñas de 16 años puedan abortar sin conocimiento de ninguno de sus progenitores”… y hemos de advertir que el resto de los grupos políticos presentes en el Parlamento Español, tienen posiciones semejantes (CiU y UPD) o aun peores a las del PP (PNV, CC…)
Un católico no debe votar a un partido, sabiendo que dicho partido va a conculcar el derecho a la vida de muchos inocentes, porque ningún derecho está por encima del derecho a la vida, dado que todos los demás derechos dependen del primero.
Votar a un partido que defiende abiertamente una Ley abortista como lo hacen el PP, el PNV o CiU, si se puede votar a una candidatura que, por pobre o deficiente que sea en otros temas, sí se opone claramente al aborto, es siempre un MAL MAYOR. Mal menor será no votar, votar en blanco o votar a un partido contrario al aborto, aunque no parezca tener posibilidades de obtener escaño alguno y aunque no nos guste por otros temas.
¿Y cuál es el bien mayor posible? Que quienes defienden el Orden Natural y la Doctrina Social de la Iglesia, sean capaces de presentar un frente electoral unido, capaz de ilusionar y de arrastrar a los votantes cristianos de forma tal, que permita que en un futuro y en el Parlamento Español, se escuche la voz de los que defendemos la vida, la familia y el Orden Natural.
Desde Cruz de San Andrés, seguiremos luchando contra todo y contra todos, por defender la vida de los no nacidos.
“Y no me digas que no quieres combatir; porque en el instante mismo en que me lo dices, estás combatiendo; ni que ignoras a qué lado inclinarte, porque en el momento mismo en que eso dices, ya te inclinaste a un lado; ni me afirmes que quieres ser neutral, porque cuando piensas serlo, ya no lo eres; ni me asegures que permanecerás indiferente, porque me burlaré de ti, como quiera que al pronunciar esa palabra ya tomaste tu partido. No te canses en buscar asilo seguro contra los azotes de la guerra, porque te cansas vanamente; esa guerra se dilata tanto como el espacio, y se prolonga tanto como el tiempo. Sólo en la eternidad, patria de los justos, puedes encontrar descanso; porque sólo allí no hay combate; no presumas, empero, que se abran para ti las puertas de la eternidad si no muestras antes las cicatrices que llevas; aquellas puertas no se abren sino para los que combatieron aquí los combates del Señor gloriosamente, y para los que van, como el Señor, crucificados.”
Juan Donoso Cortés, “Ensayo sobre el Catolicismo, Liberalismo y Socialismo”
“Y no me digas que no quieres combatir; porque en el instante mismo en que me lo dices, estás combatiendo; ni que ignoras a qué lado inclinarte, porque en el momento mismo en que eso dices, ya te inclinaste a un lado; ni me afirmes que quieres ser neutral, porque cuando piensas serlo, ya no lo eres; ni me asegures que permanecerás indiferente, porque me burlaré de ti, como quiera que al pronunciar esa palabra ya tomaste tu partido. No te canses en buscar asilo seguro contra los azotes de la guerra, porque te cansas vanamente; esa guerra se dilata tanto como el espacio, y se prolonga tanto como el tiempo. Sólo en la eternidad, patria de los justos, puedes encontrar descanso; porque sólo allí no hay combate; no presumas, empero, que se abran para ti las puertas de la eternidad si no muestras antes las cicatrices que llevas; aquellas puertas no se abren sino para los que combatieron aquí los combates del Señor gloriosamente, y para los que van, como el Señor, crucificados.”
Juan Donoso Cortés, “Ensayo sobre el Catolicismo, Liberalismo y Socialismo”
En Cristo Rey
Efrén Pablos
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