“La destrucción de una sola vida humana nunca puede ser justificada en términos de los beneficios que podría llevar a otro”, afirmó Su Santidad Benedicto XVI en una audiencia celebrada ante los miembros de la “Conferencia Internacional sobre células madre adultas: la ciencia y el futuro del hombre y la cultura”.
“La investigación científica es una oportunidad única para explorar las maravillas del universo, la complejidad de la naturaleza y la belleza distintiva de la vida, incluyendo la vida humana”, reconoció el Papa; quien, no obstante, se mostró crítico con algunas actitudes que podrían ser calificadas de “jugar a ser Dios”: “Dado que los seres humanos están dotados de un alma inmortal y se crean a imagen y semejanza de Dios, hay dimensiones de la existencia humana que están más allá de los límites de lo que las ciencias naturales son competentes en determinar. Existe un grave riesgo para que la única dignidad e inviolabilidad de la vida humana pueda ser puramente subordinada a consideraciones utilitarias”.
Una vez más, Benedicto XVI volvió a recordar que no es lo mismo utilizar células madre de un embrión que hubiera fallecido de muerte natural (“no hay problemas éticos cuando las células madre se extraen de los tejidos de un organismo adulto, de la sangre del cordón umbilical en el momento del nacimiento, o de tejidos de fetos muertos de muerte natural”)que hacer uso de células obtenidas de un embrión al que se le ha negado el derecho a desarrollarse como ser humano y nacer para poder vivir su existencia (“los que abogan por la investigación con células madre embrionarias, con la esperanza de lograr tal resultado cometen el grave error de negar el derecho inalienable a la vida de todos los seres humanos desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”).
-elmunicipiotoledo- quiere mostrar su apoyo a las palabras de Benedicto XVI y su rechazo a la investigación con células obtenidas de embriones que son utilizados en degradantes e inmorales condiciones para ser única y exclusivamente material de laboratorio, negándoseles el derecho a vivir.
Uno de los grandes males de nuestra sociedad es la gran indiferencia existente hacia la vida humana desde su origen. No es nada raro escuchar justificaciones de utilizar embriones humanos como meros conejillos de Indias por el “progreso”y una “vida mejor”. ¿Pero se puede calificar como “progreso”o como “bienestar social” el denigrar la vida de un ser humano (porque ese es el destino del embrión hasta que le utilizan para tan aberrantes fines)?
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