El arzobispo de Toledo asegura comprender los motivos que llevan a los españoles a manifestarse.

El arzobispo de Toledo, Don Braulio Rodríguez Plaza, ha asegurado comprender las razones por las que se están produciendo tantas manifestaciones últimamente, aunque ha advertido de la posibilidad de que estas situaciones produzcan sucesos violentos. De manera especial, el arzobispo ha hecho hincapié en la posibilidad de que haya quien pretenda convertir estas protestas sociales en alteraciones de la convivencia de la sociedad española. Por otra parte, Don Braulio Rodríguez asegura confiar en la capacidad de recuperación de la sociedad española, “que no se puede quedar dormida” ante los acontecimientos que se están desarrollando.

Las advertencias del arzobispo de Toledo advirtiendo sobre la posibilidad de que haya quien pretenda alterar la convivencia social a través de actos violentos en las manifestaciones no descubren nada nuevo, porque en los últimos meses hemos podido comprobarlo sobradamente. Y años antes, cuando Zapatero era el presidente de Gobierno, esos mismos que ahora alteran la convivencia de todos los españoles ya se encargaron de ir alimentando la actual situación a través de sus cargos en las instituciones públicas.

Los españoles tenemos un gran problema. A la hora de mostrar el descontento popular en la calle, sólo se nos presentan tres alternativas: participar en las convocatorias del sindicalismo oficial que ha contribuido a la ruina económica de España y que defiende la continuidad del actual modelo político y económico (conservando sus privilegios); participar en convocatorias de grupúsculos que coquetean, en ocasiones, con el sindicalismo oficial y cuya única bandera es la de la violencia gratuita; y, finalmente, la participación en los actos de aquellos colectivos minoritarios que alzan una bandera donde caben todos los españoles y la transformación radical del sistema político y económico (aunque, por desgracia, estos grupos cuentan con la gran desventaja de que los medios de comunicación nunca se harán eco de sus convocatorias ni les prestarán la menor atención a sus propuestas).